Con los ojos inundados de orgullo, Juan David Naranjo visionó a su pequeña hija; Juliana Naranjo Gordo como una de las mejores patinadoras de del país y aseguró que su mayor sueño es ver a su hija en una selección Colombia de patinaje. Juliana tiene 7 años y hoy por hoy se proyecta como una de las mejores patinadoras del club DSA “Orgullo Opita” de Neiva.
DIARIO DEL HUILA, HISTORIA
Por: Daniela Gutiérrez
“Me gusta patinar, soy feliz. Soy muy buena; la mejor. Tengo 20 medallas”. Juliana Naranjo Gordo es una pequeña de 7 años que tiene como diagnóstico, Hipoacusia Neurosensorial Bilateral Profunda; una discapacidad auditiva severa. Aun así, esta condición no ha impedido que se desarrolle en ningún ámbito de su vida, por el contrario la ha hecho un ser admirable tanto en su círculo familiar como en su entorno deportivo.
Ingresó hace cerca de 3 años en el Club DSA “Orgullo Opita” de Neiva y desde entonces ha sobresalido entre su grupo de compañeros tanto, que ha sido campeona es distintos campeonatos y ha sido reconocida como excelente patinadora en distintos clubs de la ciudad.
“Nosotros cuando Juliana estaban pequeña le compramos unos patines y como mi hermana era patinadora ella veía su ejemplo y empezó a decir que quería ser como la tía. Que si la tía tenía 20 medallas ella quería tener 50. Entonces cuando nos vinimos a vivir a Neiva, ingresó al club y desde ahí hemos visto su desempeño y cómo ha sobresalido”, indicó Melisa Tatiana Gordo; mamá de Juliana.
Es rubia, de piel canela y ojos verdes. Empática, carismática y alegre. Pese a su discapacidad física, que aun no se sabe si fue heredada o adquirida, ha logrado desarrollar a la perfección otras capacidades que la han hecho ser una niña sobresaliente en otros ámbitos como el deporte; el cual ha sido inculcado por su familia con el fin de que interactúe con otros niños y eso ayude en su terapia de rehabilitación auditiva.
Su proceso
Cuando tenía 3 años Juliana fue implantada con el fin de que pudiera tener ese sentido con un implante coclear en ambos oídos ya que su pérdida auditiva era del 99%. El hecho que haya sido detectada su discapacidad a una edad tan avanzada hizo que el proceso de rehabilitación inicial fuera más lento; aun así, los resultados desde entonces han sido muy positivos.
“Nosotros algo sabíamos del implante, conocíamos que era en la cabeza y eso nos daban mucho temor. Aun así, nos fuimos para Bogotá a iniciar el proceso. Nos faltó asesoría porque hubiese sido perfecto que hubiese sido implantada de ambos oídos al mismo tiempo, esto hubiera hecho que su rehabilitación fuera más rápida”, contó Juan David Naranjo; papá de Juliana.
Juan David y Melisa agradecen a Dios el hecho que su discapacidad no haya influido para que su hija haya podido hacer una vida normal hasta este momento pues no le impide hacer ninguna actividad y el hecho de tener los dos audífonos, hace que su rehabilitación a nivel del lenguaje sea mucho mejor.
Guía y concejo
A su corta edad, Juliana tiene claro que quiere ser deportista, que es buena en lo que hace y que puede llegar a ser como Gabriela Rueda y Fabriana Arias.
“yo veo que ella puede ser un ejemplo para los demás niños porque se está midiendo con niños que no tienen ninguna condición física y ella ha desarrollado la capacidad de sobresalir”, sostuvo Juan David.
Es una niña muy competitiva y aunque es un deporte muy riesgoso y que en ella cobra mucho más cuidado porque no puede tener ningún golpe fuerte en la cabeza, ha tenido un ángel a su espalda que ha permitido que pueda desarrollar este deporte a la perfección.
“Yo tengo fe de que le va a ir muy bien, ella tiene muchas destrezas. Donde quiera que vaya llama la atención, es muy sociable y no he sabido que me la discriminen, en algún momento tuvo alguna dificultad para hacer amistades en el club por la comunicación, pero ya cuando empezaron a conocer su proceso todos la apoyan y le dan ánimo en las competencias”, resaltó el papá.
El proceso que quieren seguir es la compra de los patines profesionales con los cuales Juliana y su familia esperan poderla ver compitiendo en otras categorías más profesionales pese a que tiene 7 años su rendimiento es la de una categoría mayor.
Respaldo
“Yo quiero que ella siga por el lado del deporte, siempre le digo a su mamá que a la niña hay que apoyarla, tanto en eso como en el estudio y en su rehabilitación. Sé que el deporte es el arma que tenemos para que los niños se alejen de un mundo que más adelante les pueda hacer daño y eso es lo que quiero con mi hija”, concluyó Juan David.