DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Galindo
Karen Lorena Lesmes Medina se queda invidente por la fototerapia a la que le someten en el momento de nacer. Sus padres que eran muy jóvenes; Yolima Medina auxiliar de enfermería y Juan Antonio Lesmes, vieron la discapacidad como una oportunidad para surgir, para salir adelante. Así se lo inculcaron y lograron que se fortaleciera para conseguir sus objetivos en la vida.
Ellos viven en el barrio Timanco de Neiva en compañía de su hermano menor José Luis que cursa séptimo grado.
“Al principio fue muy complejo, recuerda. Ninguna institución quería recibir a estudiantes con discapacidad y tuvo que ver como varias veces le cerraron la puerta en la cara.
Por esa razón la mamá desde los 3 años empezó enseñarle braille, el lenguaje de los ciegos. Cuando entro a estudiar a los 5 años en la Enriqueta Solano, la única que tenía programa de inclusión, ya tenía bases”, dice.
Había profesor especializado en tiflología, le enseñó a escribir y la siguió capacitado tanto a ella como a la mamá. Se vinculó con los demás compañeros, se destacó por ser una excelente estudiante nunca la discapacidad fue impedimento para no sacar buenas notas.
Además, en su vida está la música, participó en concursos de canto, en grupos de rajaleña, música folklórica a nivel departamental. “Se destacó en varios aspectos. Esto hizo que se relacionara con los compañeritos de manera normal”, refiere.
Termina primaria en el 2006, y pasa a la Institución Educativa Departamental Tierra de Promisión para continuar el ciclo de bachillerato. Decide ser técnica en inglés siendo la primera persona con discapacidad visual en terminar técnico en inglés en la institución y a la par forma parte de los grupos artísticos.
Antes de la universidad, en Bogotá con el instituto nacional para ciegos se capacita en educación especial para ciegos en convenio con la universidad pedagógica. Se gradúa como Tiflóloga por competencias y valoraciones.
Regresa para comenzar a trabajar como tiflóloga en la institución en la que terminó su bachillerato. A los 18 años ya trabaja en su campo e ingresa a la universidad Surcolombiana primero en el programa de lengua castellana, porque no la querían recibir el programa de inglés.
“Me decían que no era posible que una persona con discapacidad visual lograra estudiar inglés. Ustedes se van a acordar de mí, les dijo cuando ingresó a lengua castellana y a los cuatro semestres se pasó al programa de inglés en el que está a punto de terminar su carrera. Le falta la última práctica, es la única materia que le queda pendiente”, sostiene.
Como docente ha trabajado en el sector oficial 7 años, como tiflóloga, en la IE. Departamental Tierra de Promisión y posteriormente se vincula al Liceo Antonio Nariño donde es docente de apoyo pedagógico.
Están haciendo un trabajo muy bonito, son pioneros en educación inclusiva. Construyen la política de inclusión, les hacen el plan individual de clases a los estudiantes con discapacidad y desde el sector privado se brindan todas las garantías para las personas con discapacidad y yo coordino el proceso”, Comenta.
En sus planes está llegar al Ministerio de Educación Nacional para coordinar programas para las personas con discapacidad desde la educación inclusiva.
También le gustaría llegar a un cargo de elección popular para desde allí, mejorar las políticas del sector ya que tanto Neiva como el país, están atrasados en la inclusión. “Poder ser garante y defensora de los derechos de las personas con discapacidad y seguir ejerciendo mi profesión como docente qué tanto me apasiona”, asevera.
Karen vive con su esposo, Andrés García Montealegre que igual que ella es invidente. Es abogado especialista en derecho administrativo y constitucional, tiene 42 años. Se conocen en 2013 por la fundación que él creó, “Los ojos del alma”. El la contrató como docente de inglés e inician una relación. La fundación Los une dice, Tienen una niña de 5 años, Esmeralda.
En la fundación se dedican a capacitar personas en condición de discapacidad, asesorías en educación inclusiva a docentes, padres de familia funcionarios públicos sobre el abordaje pedagógico y social de las personas en condición de discapacidad. También se refuerza los niños con discapacidad visual en los procesos de aprendizaje en las escuelas públicas. Están en la urbanización chuira en la calle 74 C # 1D 29, norte de Neiva.
“Decirles que nada es imposible, que los únicos que ponemos limítese a nuestros sueños somos nosotros. Si queremos podremos volar tan alto como nuestros sueños no lo permitan.
Ser mujer es virtud y liderazgo 2019, viajar a Argentina a representar a Colombia, tener la primera tienda tiflológica del Huila; es un trabajo y un resultado a no tener límites a no saber decir no. Saber que nada es imposible, todos estos son los resultados del esfuerzo, dedicación, perseverancia y constancia de saber quién soy en la vida y para dónde voy”, concluye.
