DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Guillermo Galindo
Ximena Castañeda, ingeniera de sistemas, encontró en los collares y pañoletas la oportunidad para expresar su talento y gusto por las manualidades y las artesanías.
Uno de los mejores y más lindos recuerdos de la niñez que guarda Ximena Castañeda era observar pasmada a su mamá de crianza hacer manteles y tendidos tejidos. “Yo me sentaba al lado de ella, a acompañarla, y me quedaba lela viéndola”, cuenta con nostalgia y alegría a la vez.
La señora Mercedes Perdomo Anaya tejía y también cocía a máquina. Entonces fue así que desde pequeña a Ximena le gustaron mucho las manualidades.
“Me sentaba a cocerle vestidos a mis muñecas y luego, en las tardes, cuando terminaba mis tareas, mi madre me daba clase de tejido. Y así, cada día, me enamoraba más y más de las manualidades. Con el tiempo también hice talleres de pintura en madera y yeso”, señala la profesional en ingeniería de sistemas, técnica en seguridad industrial.
Su familia la conforman su hija, Angie Valeria Perez Castañeda, su compañero Carlos Andrés López y tres mascotas: dos perritas, llamadas Jana y Nala, y un gato, Coco, lo que evidencia el gran amor de Negrita, como le dicen de cariño desde la infancia, por los animales.
Por lo anterior no extraña la tarea artística que hoy cumple, desarrollando la habilidad natural y talento por las artesanías y las manualidades en accesorios como collares y pañoletas.
Cree que es “porque uno puede darles vida a las ideas y plasmarlas para que las personas se enamoren de los productos hechos a mano”.
Hermosa experiencia
Sobre cómo ha sido el proceso responde, con cara de felicidad, que “ha sido muy bonito porque puedo continuar con las enseñanzas de mi madre y siento que cada vez que estoy diseñando un collar estoy expresando lo más natural de mí”.
Y es que Ximena, además de trabajar en una empresa pública, se dedica a tejer collares para mascotas. La idea nació y se transformó durante la pandemia.
“Como tengo mis tres mascotas quería un collar diferente para que los lucieran. No los mismos diseños en las veterinarias. Entonces empecé a mirar modelos en internet y así fui tomando imágenes y opciones que ahora plasmo en diferentes colores y expresiones, que han gustado mucho”, explica, con suavidad y orgullo.
El material de sus objetos lo consigue parte en Neiva, en los almacenes de herrajes, y otro lo trae de Ibagué, “aunque es un poco difícil a veces poder continuar adelante por falta de materia en la capital del Huila”, expresa, pensativa.
No tiene modelos definidos ni propuestas de accesorios como base. A medida que va tejiendo, en el poco tiempo libre que le queda después del trabajo y las labores del hogar, va creando y personalizándolos, dando rienda suelta a la imaginación y a la inventiva.
Todos los collares son hechos a mano, las pañoletas, que también hace, si las cose a máquina. “No tengo ninguna técnica especial. Todo va cocido a máquina y tejido en croché”, cuenta, mientras termina de poner una gargantilla a una de las perritas.
Destaca su trabajo de otros oficios similares “porque son diseños realizados totalmente a mano, personalizados con el nombre de la mascota y con los colores que elige el cliente. Además, es un accesorio para embellecer nuestras mascotas que hacen parte de nuestra familia. Ah, y lo más importante, son hechos con mucho amor”.
Es una pasión que desarrolla literalmente de manera artesanal pues no cuenta con tienda física y tampoco tiene una persona o equipo que le ayude.
¿Y cómo le va con el negocio? “Hasta ahora me ha ido muy bien, aunque cuento con muy pocas horas para tejer, ya que durante el día trabajo y el tiempo que me queda para diseñar los collares son en la noche y fines de semana. Pero vamos bien”, responde, con emoción.
¿Dónde te pueden conseguir; dónde le pueden comprar? “Me encuentran en Instagram @pecasstore06, y muy pronto en la Veterinaria PetCenter Spa, ubicada en la calle 19 No. 6-12”.
Un don que le dio Dios
Está agradecida especialmente con Dios “que me regalo este hermoso don, utilizando mis manos para poder plasmar mis ideas. Y muy agradecida con mi mamita Mercedes Perdomo Anaya, que siempre tuvo la paciencia para enseñarme con todo el amor del mundo. También, con cada uno de mis clientes que han tomado la decisión de embellecer sus mascotas con mis diseños”.
Y agrega que “cuento con un hermoso logo y nombre que aportó la ingeniera mecánica Brigitte, quien tiene unas excelentes habilidades y un inmenso amor. Mi logo es alusivo a mis tres mascotas y lleva las iniciales del apellido de mi hija y mi apellido, Pecas Store”
Y se despide con un mensaje a los artistas y artesanos que están empezando y que tienen las ganas, pero se ven enfrentados a las dificultades:
“Hay que perseguir los sueños y luchar por lo que queremos. Empezar no es fácil, pero con esmero y perseverancia poco a poco vamos llegando al punto donde queremos estar. Siempre esforzándonos por hacer las cosas mejores cada día, innovando y con mucho amor”.
Los peluditos lucen sus prendas.
