DIARIO DEL HUILA, TENDENCIA
Efe
El proyecto, que utilizará ADN ambiental, quiere comprender las repercusiones del cambio climático en los patrones de distribución y migración de la vida marina para adaptar los esfuerzos de conservación a la evolución de las condiciones.
La Unesco anunció este lunes el lanzamiento de un estudio de dos años para hacer un seguimiento de las especies marinas en los sitios del Patrimonio Mundial y ayudar a medir la vulnerabilidad de la biodiversidad ante el calentamiento global.
Adaptación del medio ambiente
El proyecto, que utilizará ADN ambiental, quiere comprender las repercusiones del cambio climático en los patrones de distribución y migración de la vida marina para adaptar los esfuerzos de conservación a la evolución de las condiciones.
“Los sitios marinos del Patrimonio Mundial desempeñan un papel fundamental en la protección de los ecosistemas marinos de valor universal excepcional y ofrecen al público la oportunidad de apreciar y preservar los entornos marinos”, declaró en el comunicado Ernesto Ottone, subdirector general de Cultura de la Unesco.
Los científicos y residentes en estos enclaves recogerán material genético de los desechos, mucosas y células de los peces, incluidas aquellas especies que figuran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
El ADN ambiental consiste en tomar y analizar muestras del medio ambiente en lugar de extraerlo de un organismo individual, precisó en su nota la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Estudio sobre ecosistemas marinos
El lanzamiento del estudio coincide con el inicio este año del Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030), que ayudará “a comprender las tendencias mundiales, a informar sobre los esfuerzos para proteger los ecosistemas marinos y garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar de los servicios que proporcionan”.
Estos sitios marinos son reconocidos por su biodiversidad única y sus ecosistemas excepcionales, como la Gran Barrera de Coral, en Australia, incluido en 1981 en el Patrimonio Mundial de la Unesco, cuya lista tiene en la actualidad 49 lugares, entre ellos la isla de Ibiza o la Red de Reservas del arrecife de barrera de Belice.
Los datos recogidos serán procesados y publicados por el Sistema de Información sobre la Biodiversidad de los Océanos (OBIS), una red mundial respaldada por miles de científicos, gestores de datos y usuarios que representa el mayor sistema de datos de libre acceso sobre la distribución y diversidad de especies marinas.