DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL
Por: Rolando Monje Gómez
Fotografías: Suministradas
Aunque los reinados la dieron a conocer, su ejercicio profesional como médico es el que le ha dado el mayor reconocimiento. Si algo tuvo muy claro, desde siempre, es lo que quería ser en su vida y es a lo que se dedica hoy con gran pasión. Aunque es muy caribeña, ama el folclor del Huila, tierra que la acogió hace 26 años y donde vive muy feliz al lado de su esposo y sus tres hijos.
“Cuando yo estaba en El Banco, transmitían el Reinado Nacional del Bambuco, no sé por qué siempre veía ese reinado y a mí me impactaba ver ese escenario, las mujeres con su baile, los vestidos. Muchas reinas del Carnaval hablaban de ese reinado que me parecía muy bonito. Lo otro es que en el colegio de religiosas donde estudié, se formaban las tunas y las canciones eran las de Jorge Villamil, me encantaban, el tiple, la guitarra, los bambucos me fascinaban. Inconscientemente la vida me estaba llevando para el sur”, así recuerda Rocío Luna su primer contacto con el departamento del Huila, y específicamente con Neiva donde ha sido en muchas oportunidades jurado de los reinados y confiesa que siente mucho respeto y admiración por esta tradición cultural.
Rocío Isabel Luna Flórez, nació en El Banco, Magdalena, un hermoso pueblo ribereño del cual se siente muy orgullosa de sus raíces, aunque hace 26 años vive en la capital huilense, ella no olvida su origen, algo que aún se siente en su acento.
“Mis papás, Miguel Luna y mi mamá Sixta Tulia Flórez, eran personas de mucho arraigo en la ciudad, trabajadores, por legado cultural del comercio, mamá es una persona muy trabajadora, con el deseo de sacar adelante, no solo a sus hijos sino a toda la familia. Una persona muy entregada a la comunidad. Mi familia era muy amorosa, muy unida, vivíamos en torno a los abuelos, los primos, los amigos que se van construyendo del colegio, a lo largo de la vida”, comenta Rocío Luna de sus años en familia en su ciudad.
La segunda entre cinco hermanos, el mayor, ya fallecido y están Angélica, Alba y Julio, todos muy orgullosos de sus raíces y sus tradiciones, el ser caribe, “que ha sido muy importante en mi vida”.
“En la familia todo giraba en torno a los juegos, íbamos a la finca a otros pueblos, éramos muchos primos y jugábamos a ponernos debajo de los chorros de agua cuando llovía”, recuerda con alegría.
Par Rocío Luna, la familia es lo más importante y eso se lo ha inculcado a sus hijos, “porque a pesar de todas las dificultades y las diferencias hay que permanecer unidos, hay que construir familia, es el legado que trato de inculcarle a mis hijos, construir familia”.
Sus estudios
Estudió en El Banco, una ciudad muy pujante con un puerto muy importante, la primaria y el bachillerato con las Terciarias Capuchinas, que marcaron una gran influencia en su formación personal, académica y social. “Trabajábamos mucho con la comunidad, fui muy juiciosa estudiando, fui bachiller de honor, me involucraba mucho con los temas del colegio”, recuerda.
De cuándo pensó que quería ser médico dice que por un tío, “hermano de mi papá, Trino Luna, era cirujano de tórax y dentro de la comunidad de El Banco realizaba un trabajo muy importante, cuando yo iba al consultorio veía que él atendía a todo el mundo, a veces cobraba otras veces no, y yo me maravillaba viendo todo lo que hacía, que les entregaba una fórmula y a los días regresaban y se habían curado, siempre crecí dentro de ese ambiente de médicos”.
Cuando terminó el bachillerato decidió que quería ser médico y así fue, estudió en la Universidad de Cartagena. “Nunca dudé que quería ser médico, eso lo tenía muy estructurado, los reinados fueron accesorios de vacaciones”, indica.
La decisión de ser reina
“Tenía 16 años y coincidencialmente mi tío, el médico, era el gobernador del Magdalena y alguien dice: hay que enviar una candidata al Reinado de la Ganadería y un amigo de la familia dijo la sobrina del gobernador, cuando me vi fue montada en un avión, todo lo organizó mi mamá”, así recuerda su paso por los reinados.
Ganó en Montería el Reinado Nacional de la Ganadería, fue la primera corona para el Magdalena y obviamente en El Banco era como si hubiera ganado el concurso más importante del mundo. “Cuando estaba estudiando se organizaba un reinado en pro de la capilla del colegio donde se debían recoger fondos, ahí gané mi primera corona”.
Estando en tercer semestre de Medicina, en el año 1982, a la gobernadora del Magdalena del momento, un amigo de la familia propuso su nombre para ir a Cartagena. “Me invitaron un fin de semana a Santa Marta, me presentan al comité y me designan Señorita Magdalena y era la primera vez en la historia que una mujer de El Banco representaba al departamento. Nunca suspendí la universidad, porque la preparación era muy básica, era más espontáneo, el trabajo era más de los modistos”, afirma.
La decisión de ser médico siempre fue tan firme en Rocío que considera que si hubiera ganado en Cartagena, donde fue la virreina, “no estoy segura si hubiera cambiado mi destino porque yo sabía que quería ser médico, de pronto habría tenido que aplazar un poco pero mi proyecto de vida era ser médico”.
Como virreina viajó a Londres donde se ubicó segunda, nuevamente, en Miss Mundo, un evento que tiene muchas similitudes con el Concurso Nacional de Belleza y en su momento era el más importante de todos.
La otorrino
Pasada su época por diferentes eventos de belleza, Rocío se dedicó de lleno a estudiar y luego de graduarse de médico, viajó a la ciudad de Bogotá para buscar su especialidad. En la Universidad Militar, a través del Hospital San Rafael, adelantó otorrinolaringología y después hizo un énfasis en cirugía estética facial.
Considera que su vida como reina no afectó su credibilidad profesional. “Eso se construye, obviamente muchas personas podrían cuestionar, pero como todas las profesiones se construye con responsabilidad, con estudio, con resultados, con disciplina y mucho sacrificio. Me dio muchas oportunidades sí, pero también me pudo haber cerrado puertas, pero es lo que uno construye”, afirma.
Hoy Rocío Luna se desempeña como médico en el Hospital Universitario, dicta clases en la Universidad Surcolombiana y atiende en su consultorio particular. “Yo disfruto mucho mi trabajo”, indica.
Cómo llegó a Neiva
A Neiva llegó hace 26 años, luego de casarse con el también médico opita Ricardo Perdomo a quien conoció en Bogotá. “Me lo presentaron, nos ennoviamos y al año nos casamos ya llevamos 26 años y tenemos tres hijos: Angélica, Camilo y Miguel”, comenta.
Aunque recuerda que antes de viajar con su esposo había estado en Neiva una vez por intermedio del Club Rotario en una actividad en el Club Social, de un día para otro.
Para Rocío Luna su familia es el todo, que lo mantiene a uno vivo, activo, es el motor de la vida, por la que uno lucha, trabaja, funciona. De su esposo afirma que es una excelente persona, buen esposo, y lo admira.
Finalmente, Rocío se define como una mujer luchadora siempre por lo positivo, que sufre mucho con la injusticia.