DIARIO DEL HUILA, TENDENCIA
Lechugas, coles y otros vegetales son los alimentos que podrían suplir a las hierbas de las praderas submarinas de las que se nutre esta especie icónica de Florida y que están desapareciendo por la actividad humana, al igual que los manatíes.
Mientras los manatíes comienzan su migración anual hacia los canales, las lagunas costeras y otros lugares con aguas más cálidas que las marinas, los responsables de la conservación de esta especie en Florida se plantean por primera vez la posibilidad de alimentarlos para evitar que mueran de hambre.
Lechugas, coles y otros vegetales son los alimentos que podrían suplir a las hierbas de las praderas submarinas de las que se nutre esta especie icónica de Florida y que están desapareciendo por la actividad humana, al igual que los manatíes.
Según el último recuento de la Comisión para la Conservación de la Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC), desde el 1 de enero hasta el 19 de noviembre de 2021 habían muerto 1.017 manatíes, cifra que supera con creces el anterior récord de 830 muertes, registrado en 2013.
Si bien no se conoce con exactitud cuántos de ese más de millar han muerto a causa del hambre, Patrick Rose, director ejecutivo de la organización Save the Manatee, no duda en señalar a EFEverde que son “cientos” en razón de la pérdida de los pastos marinos, a causa, entre otros factores, de la proliferación de algas dañinas en ríos y lagunas
“Hemos perdido cientos de manatíes el pasado invierno. Situaciones desesperadas piden medidas desesperadas”, dijo a EFEverde este especialista con más de 40 años de experiencia sobre este “esfuerzo estratégico”, inédito y con “escrutinio científico” para reemplazar “de forma focalizada” la dieta de algunos manatíes.
Rose destacó que el plan de ninguna manera pretende reemplazar toda la alimentación que consumen los manatíes, que pueden comer hasta 90 kilos de pasto marino cada día, sino más bien centrarse en casos puntuales de ejemplares desnutridos o enfermos, y luego ver cómo responden a los suplementos de su alimentación regular.
Alimentar a los manatíes salvajes es ilegal y los infractores pueden ser sancionados con multas, razón por la que la iniciativa requiere el visto bueno del Servicio de Pesca y Vida Animal de EEUU, agencia federal que en 2017 sacó a esta especie de su lista de “en peligro de extinción” para reclasificarla como “amenazada”.
“Es un esfuerzo que esperamos sea una suerte de excepción”, señaló el especialista, quien recalcó que en el horizonte debe estar la restauración de las algas marinas, cuyo declive es extremadamente pronunciado en zonas como Indian River Lagoon, en el centro del estado, un área habitual a la que van durante el invierno estos mamíferos.
Declive tras la repoblación
“Las condiciones ambientales en partes de la Indian River Lagoon siguen siendo motivo de preocupación. La información preliminar indica que una reducción en la disponibilidad de alimentos, pastos marinos, es el factor principal en este evento”, reconoció la FWC cuando dio a conocer la última cifra de manatíes muertos.
Las algas marinas es una rica fuente de nutrientes para los manatíes y para muchas otras especies marinas, pero se han visto reducidas por el nitrógeno y el fósforo surgido en los últimos años, que están contribuyendo a la proliferación de algas dañinas que impiden el paso de la luz debajo de la superficie del agua y, por ende, que el pasto crezca.
Eso es evidente en el caso de la laguna Indian River, donde hay además algunas plantas de energía que, aunque son fuente de contaminación, atraen a un gran número de manatíes en búsqueda de agua caliente y comida durante el invierno.
En esta área se cree que a lo largo de los últimos años se ha perdido hasta el 96 % de pastos marinos, como señaló Rose.