Diario del Huila, Crónica
Por: Hernán Guillermo Galindo M
Vive junto al Parque de la Música y dedica parte de su tiempo a mantener el ornato y limpieza de la zona pública exterior a su residencia, solidaridad que insiste en extender a los vecinos.
A Ricardo López lo encontramos frente a su residencia en la calle 6 con carrera 8 de la ciudad de Neiva, junto al Parque de la Música Jorge Villamil, zona de amplio desplazamiento de personas y vehículos.
Está vestido con ropa de trabajo, de oficio, propio para hacer el mantenimiento del separador de la avenida habilitado en la pasada administración municipal, entre carreras octava y séptima.
En cada costado de la vía hay viviendas, oficinas, locales de comercios varios y otros menesteres.
Tiene experiencia para hacer la limpieza y mantenimiento de la zona verde púes tiene vinculación con el campo, por la familia, que tiene finca en zona rural del municipio de Colombia.
“Eso me da la experiencia y conocimiento elemental para mantener y cuidar las plantas que he sembrado y que conservo con dedicación todos los días”, comenta, como algo usual y corriente.
Las hermanas, con quienes vive, le reprochan su labor y actitud solidaria con la ciudad porque, dicen, hace el trabajo que corresponde a la administración municipal o a empresas como Ciudad Limpia.
“Deje de hacer ese trabajo. Se expone a que lo atropelle un carro”, le dicen. Sin embargo, se mantiene en su labor. Cuenta que lo hace porque le nace, le gusta y de paso busca motivar a los vecinos y neivanos de hacer algo similar.
Ornato y belleza
Pero la propuesta cívica parece no haber calado. Es Ricardo el único que continúa haciendo la labor de ornato y embellecimiento. Los demás, se preocupa, “lo hacen muy esporádicamente con el argumento, tal vez con razón, de mantenerse muy ocupados”.
López tiene 66 años de edad. Buena parte de su vida la ha dedicado a la administración bien sea en la venta de seguros o de negocios familiares y particulares.
También estuvo en el sector público, como Tesorero del Fondo de Valorización Municipal y jefe de Estadística del Departamento.
“Soy sobrino de Ángel María López Barreto. Y así como la familiaridad servía para puestos en otras ocasiones me sacaban por ser su sobrino”, comenta, y se ríe con tranquilidad.
Los estudios los cursó, primaria y bachillerato, en el desaparecido Instituto Bolívar. Luego, hizo ocho semestres de contaduría en la Surcolombiana y por los despidos laborales se fue a vivir a Bogotá en donde fue subgerente, varios años, de la programadora de televisión SAS TV.
Después de un traslado a Ibagué retornó a Neiva en donde lo nombraron gerente del Fondo de Pensiones Colpatria.
“Con el paso de los años fui obligado a renunciar porque no podía ser gerente en pensiones y vender seguros, al tiempo. Entonces decidí quedarme sólo como asesor de seguros, con lo que me iba bien”, señala.
Tuvo la mala suerte que la pandemia afectó ese mercado al punto que lo dejó al margen de la actividad laboral, todo sumado a unos quebrantos de salud que lo dejan casi que en el retiro, comenta, con nostalgia.
Por eso, se refugió en las plantas, que cuida con esmero y acción que pretende contagiar a los vecinos por el gusto de cuidar los arbolitos y las plantas tanto al interior de la casa como en el exterior, en la vía.
Aunque nunca se casó, se quedó soltero, se siente papá de una sobrina y de paso abuelo del hijo de ella, “los cuido y consiento con mucha entrega, son mi familia”, sostiene.
Volviendo a la construcción del separador destaca que la avenida fue ampliada en la administración de Rodrigo Lara, tras la demolición de la sede de Caliche Impresores y otras casas que estaban por fuera de paramento.
“Afortunadamente nos ampliaron la avenida y la pavimentaron y con ello llegó la gestión social y comunitaria que me puse de cuidar la zona verde”, agrega.
Las razones
La motivación, explica, se dio desde cuando salía con el niño a pasear por el lugar “y un día noté que la hierba estaba muy crecida y prácticamente ahogaba las maticas, sin que el municipio actuara, entonces me di a la tarea de podar y mejorar el entorno”.
Reconoce que veces lo consideran intenso, en especial los vecinos, porque los invita a apoyarlo. Les hace ver que el sector que les corresponde está descuidado, en mal estado y presentación.
“A veces, a regañadientes, me ponen cuidado y pagan para que les hagan el mantenimiento. Es una lucha permanente la que afronto, pero lo hago por mis maticas, limpieza y ornato”, manifiesta.
Ricardo no sólo mantiene el área exterior, en la casa está acompañado de materas en las que siembra diversas plantar ornamentales que adornan el hogar. Le dan luz, vida, belleza, comenta.
“Todos los días salgo a podar, a desyerbar o a regar las plantas. Mis hermanas se quejan del alto costo del recibo del agua, pero yo agacho la oreja y sigo con mi labor”, sostiene, riendo.
Ricardo López es todo un ejemplo de civismo y dedicación por su residencia, su entorno y la ciudad de la que dice todos debemos apropiarnos para hacerla un lugar agradable para vivir, concluye.
Destacado
Ricardo López, no sólo mantiene el área exterior, en la casa está acompañado de materas en las que siembra diversas plantas ornamentales que adornan el hogar. Le dan luz, vida, belleza, comenta.