Diario del Huila

Cuando el amor no se acaba

Feb 5, 2021

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Por: Juan Manuel Macías Medina

Con voz entrecortada, profunda alegría y un orgullo implacable, Diana Alexandra Perdomo contó detalles de lo que fue la intensa búsqueda de su padre, un costeño que llegó hace cerca de 40 años a Neiva a participar de la construcción de la Represa de Betania sin saber que en el Huila dejaría una parte de su sangre.

Por la difícil situación económica que atravesaban en la ciudad de Neiva, la madre de Diana no tuvo otra opción que, con su niña recién nacida, irse al municipio de La Plata, a donde estaban sus hermanas y había más facilidad para criar a su pequeña.

“Nos fuimos a La Plata, allá estaban mis tías y mi mamá fue muy buena conmigo, yo estudiaba y mi mamá siempre estaba pendiente de mí, mis tías también y todo iba bien”, expresó Diana Alexandra, recordando aquellas épocas en donde su ingenuidad, no la hacía preguntarse sobre el paradero de su progenitor.

No todo es color rosa

A los siete años todo cambió para Diana, pues aunque continuaba siendo prioridad para su madre, llegó alguien que habría de quitarle espacio al amor que su madre le profesaba.

“Todo iba bien, pero las cosas cambiaron mucho, mi mamá ya estaba pendiente de otras cosas y a mí me tocaba hacerme cargo de la casa, pero mi madre siempre respondió por mí, había problemas y mi padrastro era el que me defendía”, sostuvo Diana, mientras pensaba cómo enlazar la historia de amor de una madre e hija, que terminó destruyéndose por culpa de los vejámenes y abusos de la humanidad.

Lo cierto, es que las palabras odio y rencor no están en el diccionario de Diana Perdomo, pues reconoce que aunque hubo cosas que no debieron haber pasado, su madre y su padrastro siempre fueron un apoyo incondicional.

“Yo siento agradecimiento con mi padrastro, reconozco que hubo errores por parte de él y por parte de mi mamá, pero yo no siento rencor en contra de ellos”, sostuvo la mujer.

Con esta fotografía, Diana recorrió varios municipios de Colombia buscando a su papá.

Con esta fotografía, Diana recorrió varios municipios de Colombia buscando a su papá.

Diana emprendió la búsqueda

A los 19 años, Diana Alexandra emprendió el viaje en la búsqueda de su padre, la persona con la que soñaba sin conocer. “Yo miraba un hombre moreno alto, lo soñaba sin conocerlo”, dijo la huilense entre risas.

El amor hacia su padre, a pesar de que no lo conocía, nunca se acabó, no solo soñaba con él, sino que también se imaginaba en lo que haría cuando lo conociera, nunca perdió las esperanzas.

“Yo quería abrazarlo y decirle que era la hija de él, necesitaba contarle de mi vida, que soy una persona trabajadora y que siempre lo he querido conocer a pesar de lo que me decía mi mamá”, manifestó, mientras recordaba los angustiosos momentos por los que pasa una joven que no tiene ni idea de quién es su padre.

Con una sola fotografía, Diana Perdomo decidió emprender el viaje a la Costa Atlántica, de donde tenía conocimiento, era su padre, sin embargo, las cosas no terminaron como esperaba, pues no encontró a su padre, lo que hizo que llegara a Neiva con el sinsabor de no encontrarse con sus orígenes.

“Yo tenía una foto de mi papá y con eso me fui para el Cesar a buscarlo, allá pregunté que, si lo conocían o si lo habían visto, algunos me decían que sí, otros me decían que no, y nunca lo encontré, se me acabó el dinero y me tocó devolverme a Neiva”, dijo la mujer.

Un minucioso trabajo se debe hacer para reconocer a Diana entre sus hermanas.

Un minucioso trabajo se debe hacer para reconocer a Diana entre sus hermanas.

“Diana, encontré a su papá”

Una llamada le devolvió la esperanza a Diana, una amiga tenía contacto con su padre, pues una conocida de ella, era amiga de otra de las mujeres, que, como su mamá, tuvo contacto con los trabajadores que hicieron parte de la construcción de Betania.

“Me llamó mi amiga y me dijo: ‘Diana encontré a su papá’. Me senté, se me puso la piel de gallina porque lo quería llamar ya, quería escucharlo, quería decirle de todo, pero me calmé”, recordó lo que, tal vez, sería el día más feliz de Diana.

Llamó infinidad de veces a su padre con el fin de que, aquel hombre que un día llegó a Neiva a construir una hidroeléctrica, se diera cuenta que en el Huila, había dejado otras cosas diferentes a un trabajo en una represa.

“Yo parecía novia fea llamando a mi papá, nunca me contestó, me imagino que le daba miedo de lo que yo le pudiera decir, o no sé qué pasaba. Solo una vez me contestó y no me habló, en un momento me puse a pensar y entendí por qué mi mamá decía lo que me decía de él, yo pensé que era un cobarde”, indicó.

El día llegó

Treinta y cuatro fueron los años que duró Diana Perdomo tras las pistas de su padre, no se conformó con la única fotografía que tenía de su papá. Por medio de su esposo, Diana logró comunicación con su padre. Un día le contestó.

“Yo estaba muy aburrida porque él no me había querido contestar y me imaginé que no quería saber de mí, pero no fue así. Un día llegó mi esposo y me dijo que había hablado con él y que había cuadrado una llamada para que hablara conmigo”, dijo la mujer.

Diana había esperado 34 años para conocer a su papá, estaba a solo siete horas de entablar la que sería la mejor conversación de su vida. “Esa tarde se me hizo eterna, yo quería hablar ya con mi papá, pero estaba trabajando y no podía”, aclaró.

“Cuando me contestó estábamos muy nerviosos y no parábamos de hablar, hablamos como una hora y nos contamos de todo”, contó Diana, con la felicidad que le embarga hablar con la persona que le dio la vida, y que, por cuestiones de la vida, no pudo conversar sino después más de tres décadas.

La felicidad, por momentos es completa

Genis Verto Rojas es el nombre del hombre que provocó, mientras visitaba Neiva, que Diana Alexandra Perdomo naciera hace 34 años. El tiempo se acortaba y la conversación que habían entablado días antes no fue suficiente, y es claro, es imposible, en una hora, contar toda una vida.

Por lo anterior, el padre de Diana los invitó a la ciudad donde vive. Florida, Valle, era el próximo destino de la inagotable mujer, lo bueno es que, esta vez no fue necesario empacar la fotografía.

“Nos fuimos con mi esposo y mi hijo, él nos esperó en un cruce de Florida. Yo apenas lo vi supe que era él, uno como que siente” dijo.

Por sorpresa, Genis Verto es un hombre tranquilo que siempre la recordó, y para su fortuna, los otros seis hijos de su padre, también estaban ansiosos de conocerla.

Genis Verto Rojas nunca se olvidó de su hija, pero por razones de la vida, nunca la buscó.

Genis Verto Rojas nunca se olvidó de su hija, pero por razones de la vida, nunca la buscó.

“Cuando llegamos lo abracé muchas veces y le gritaba ‘lo encontré, lo encontré’, todo fue muy bonito, estábamos muy contentos todos. Cuando llegamos donde la familia de él, ellos me dijeron que mi papá siempre les había contado de mí, sino que, por cosas de la vida, nunca me buscó”, puntualizó la aguerrida mujer.

Para Diana Alexandra, los 34 años que duró imaginándose a su padre ya son cosa del pasado, ahora solo quiere vivir el presente y tratar de remediar lo que el destino de la vida le arrebató, aunque dejó claro que solo quería conocer a su padre, sin apellido y sin nada, pues en el largo tiempo que duró sin tener razón de su papá, le dejó claro que el amor por su papá nunca se acabó.

“Mi papá me dijo que él me daba el apellido, y una hermana que tengo en Florida trabaja en la Registraduría de allá y dijeron que me querían hacer papeles para el apellido, pero yo nunca tuve un interés en eso, yo solo quería conocer a mi papá”, puntualizó Diana Alexandra Perdomo.

Diana busca enmendar los 34 años que pasaron sin conocer a su padre.

Diana busca enmendar los 34 años que pasaron sin conocer a su padre.

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