Diario del Huila, CRÓNICA
Por Hernán Guillermo Galindo M
Yenny Liceth Osorio y Edwin Francisco Rojas, no solo comparten sus vidas sino su profesión. Fue después de graduarse que decidieron tener una relación sentimental y profesional. En esta última trabajan en un proyecto que se llama Innova Dental, que pretende prestar servicios de odontología de alta calidad.
Esta vez llegué al consultorio sin temor de escuchar el ruido de la fresa que tantos nervios produce en los pacientes al momento de acudir al odontólogo, debo confesarlo, soy uno de esos.
Mi cita era en el consultorio 310 del Centro Comercial Santa Lucia Plaza, en el oriente de Neiva. Allí queda Innova Dental, una propuesta de dos jóvenes profesionales de la odontología que han unido sus esfuerzos para ofrecer sus servicios con calidad y seguridad.
Quien me recibe es Yenny Osorio, una joven muy segura de sí misma y de su profesión, y es quien nos comienza a contar esta historia de vida de dos odontólogos profesionales con mucho futuro y proyección.
“Nosotros, (se refiere a Edwin Rojas, su compañero, y a ella), somos profesionales de la odontología que llevamos con el consultorio hace cuatro años, la especialidad de él es la ortodoncia y la docencia universitaria y yo tengo mi especialidad en auditoria y estudios enfocados a estética dental”, manifiesta Yenny.
Aunque estudiaron en la misma universidad, la Antonio Nariño, fue hasta que estuvieron graduados y especializados que entablaron la relación laboral y sentimental. Son contemporáneos, solo se llevan un año de diferencia, Edwin tiene 32 y ella 31.
Carlos Francisco Rojas, administrador pensionado y Jacqueline Polanco son los padres de Edwin, mientras que los de ella son docentes, Helena Zambrano y Héctor Julio Osorio.
Una vez iniciaron una amistad, y luego una relación en la que se dieron cuenta de que compaginaban bien, deciden emprender el tema de la empresa. “Nos dimos cuenta de que tanto yo para él como él para mí éramos un complemento perfecto tanto en lo sentimental como lo laboral, y decidimos caminar juntos”, comenta Yenny.
Cada quien hizo su labor individual una vez terminó la carrera, como Edwin que trabajaba como odontólogo general, antes de irse a especializar. Y Yenny trabajó con una EPS para luego ir a especializarse en Medellín en gerencia de la calidad y auditoria en salud.
Edwin Francisco Rojas, su compañero, admite que quería estudiar medicina, como no pudo ingresar aquí en Neiva y ante la dificultad de viajar a otra ciudad y todo lo que implicaba, su padre Francisco Rojas le dice que existe la posibilidad de la odontología en Neiva y que es una carrera afín a la medicina.
“Me decidí y me metí en ese proyecto sin tener idea de odontología, solo iba cuando me hacían alguna revisión y durante los cinco años de la carrera me fui dando cuenta que es una profesión que es un arte, involucra matemáticas, belleza, autoestima, es felicidad”, asegura el profesional.
Después optó por la especialización en ortodoncia que es una de las especialidades más demandadas en el país. “Básicamente es corregir las mal posiciones dentales en todos los pacientes que tienen los dientes torcidos, se encarga de corregir esas posiciones y significa belleza para la persona, se complementa con la estética para terminar con una sonrisa bien linda”, explica Edwin.
El consultorio que comparte con Yenny es un sueño hecho realidad, recuerda que siempre le decía a su papá que quería tener un consultorio privado que le brindara seguridad y tranquilidad a la gente, que fuera bien en un edificio de consultorios médicos o en un Centro Comercial.
El conquistador conquistado
Edwin iba al Centro Comercial Santa Lucia Plaza, al gimnasio o a departir con amigos, y vio que Yenny ya estaba establecida allí, y aunque el uno sabía quién era el otro no habían entablado relación alguna.
Comenzó a escribirle por Facebook a preguntarle cómo le iba en el consultorio. “Coincidimos en lo positivo de tenerlo en un sitio así por el tema de seguridad para los pacientes, adicionalmente con los otros servicios como apertura las 24 horas, parqueaderos, la atención”, menciona.
“Una cosa fue llevando a la otra”, relata Edwin, quien asegura que fue quien conquistó a Yenny. “Ya llevamos un año y dos meses de una extraordinaria relación tanto sentimental como empresarial y laboral”, dice muy seguro.
Aún no tienen hijos, pero comparten un amor gatuno, Pandora, que lleva con ellos un año. Yenny y Edwin coinciden en que con la empresa esperan poder ofrecerle a la comunidad neivana y al Huila, todo lo relacionado en servicios de odontología, aunque ellos no tienen la capacidad para atender todos los campos sí tienen las relaciones y los amigos con los que se puede complementar lo que necesiten los pacientes para que queden satisfechos y se sientan bien atendidos.
