DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por Hernán Guillermo Galindo M
El calado artesanal es un diseño decorativo entrelazado que se corta con una gubia, en bajorrelieve, sobre un fondo sólido, o bien se recorta con una segueta, una sierra de marquetería o una segueta eléctrica. A este arte se dedica hace 15 años Javier Miranda, un neivano de 48 años en condición de discapacidad.
Javier Miranda Morales trabaja artesanía grabado encalado desde hace 15 años. Este hombre de 48 años, primero trabajó como ayudante de carpintería, pasó por pintor de muebles hasta que un problema en la rodilla, no le permitió volver a trabajar, por eso comenzó a dedicarse a elaborar artesanías, algo que se le hizo más fácil.
A Javier lo encontramos en la carrera 5 frente a la alcaldía en una de esas ferias que se organizan para promocionar a quienes se dedican a emprender en la ciudad.
Muy amablemente nos recibió para contarnos sobre la variedad de cosas que elabora; repisas, percheros, cofres, porta lapiceros, “con diseños que son propios, no son copias, eso es lo que me gusta y también les gusta a los clientes”, dice Javier.
Piensa que Dios, le dio ese arte y esa sabiduría para levantarse y para sostenerse. Las herramientas que utiliza son; la caladora, un compresor, herramientas de mano, espátulas, formones, entre otras.
Al hablar de su entorno familiar, relata que siendo niño tuvo polio, pero ha sido un luchador, logró estudiar y trabajar, su meta era sacar adelante a su mamá que tenía que trabajar por las noches y lo logró.
“Ella ya no trabaja, pero está postrada en cama, es Lucila Morales, de 76 años, por quien trabajo, mi papá Javier Miranda, qué es sastre, tiene otro hogar”, manifiesta.
Javier Miranda Morales tiene dos hermanos, Yolanda Morales y su hermano José Libardo, ellos lo apoyan en lo que pueden, estudió en la institución Juan de Cabrera, la primaria y el bachillerato en el IPC Andrés Rosas. Se graduó como bachiller en el 95, quería estudiar artes plásticas, pero por falta de recursos no pudo. Le tocó dedicarse a trabajar y a ver por sí mismo y su señora madre.
Viven hace 40 años en La florida, en la comuna 8 tienen casita propia “gracias a Dios, si nos pueden tender una mano para mejorarla, quedaríamos muy agradecidos, está bastante deteriorada”, dice.
Las artesanías en su vida
Una vez Javier Miranda pasó por el trabajo en pintura de muebles y tomó la decisión de dedicarse a las artesanías, fue puliendo su trabajo.
Primero trabajó en carpintería, y luego en pintura de muebles, en donde aprendió que la pintura debe ser perfecta, debe ser pintura en detalle, así mismo pinta la artesanía que quede bien detallada, que le guste al cliente.
Para esta temporada sampedrina se va a pasar a un local en el malecón, Artesanías Miranda local 52 en el malecón en donde trabaja solo. Espera así recuperar parte de la economía que se fue con la pandemia. “Después del encierro, por mi condición de discapacidad y porque no me gusta, no soy de los de salir a vender en la calle, espero en el local atender a los neivanos y turistas”, manifiesta.
La clientela es por igual, tanto hombres como mujeres compran para regalar como detalles. Talla toda clase de madera como cedro, pero trabaja también en tríplex, recoge y recicla madera para hacer artesanías.
Sobre los precios se encuentran detalles artesanales desde $10.000 pesos, hasta $80.000, son precios cómodos para la gente que pide de todo, están de moda los porta lapiceros que son los que más se venden, “pero igual encuentran cofres para guardar las joyas en forma de corazón y tiene un cajoncito son diseños propios”, cuenta con orgullo.
Transmitir su conocimiento
Para Javier una de las metas es lograr seguir creciendo y poder enseñarles a otros la artesanía, que dice lo puede hacer alguien que tiene la opción de trabajar con maquinaria de mano o maquinaria de mesa y poder seguir en esa bonita labor. “En Neiva hay buenos artesanos y recomiendo la artesanía de neivana, qué es muy bonita y de buena calidad, fina, se trabaja muy bien la madera”, indica.
Finalmente, Javier extiende una invitación para que los visiten en el malecón a partir del próximo sábado, donde pueden encontrar toda clase de artesanías. Como mensaje quiere que los apoyen, “no es fácil para una persona como yo, hace mucha falta apoyo a los discapacitados, a veces nos ponen muchas barreras y como artesanos también vivimos muchas dificultades para poder trabajar”, sostiene.