Francy Elena Ortiz, una mujer mayor de 50 años, nacida en Neiva, pero criada en el municipio de Gigante, desde hace unos 20 años se ha convertido en guía turística de uno de los tesoros naturales y ecológicos que tiene el Huila, el cerro Páramo de Miraflores. Esta es parte de su historia.
El Cerro Páramo de Miraflores, uno de los escenarios naturales más importantes de la región, está cumpliendo doce años de haber sido declarado como Parque Regional del Huila, un área protegida del departamento que cuenta con una extensión de 31.647,63 hectáreas en jurisdicción de los municipios de Algeciras, Gigante y Garzón, a tan solo 5 horas de la ciudad de Neiva este páramo es un paisaje único, inédito, con más de 210 especies de fauna y flora.
Allí, en esa hermosa zona, se mueve como conocedora de la misma y enamorada de este paisaje natural, Francy Elena Ortiz, guía turística en toda la zona de atractivo turístico de Gigante que promocionan como la ruta del café y del cacao.
“Soy neivana de nacimiento, pero giganteña de toda la vida. Buena parte de la vida he estado junto a mis padres y mis hermanos en el corregimiento de Silvania, soy la quinta de seis hermanos”, relata.
“Mi madre desafortunadamente ya desaparecida se llamaba María Nancy Ortiz y actualmente vivo con mi padrastro que es como mi padre, Ricardo Beltrán y mis hermanos están unos Bogotá, otros en Neiva y dos vivimos acá en Gigante”, continúa.
Esta mujer apasionada por el tema turístico, estudio su primaria y bachillerato en Gigante, en la institución educativa de Silvania y luego se preparó en lo que le gusta a través del Sena. “Soy orgullosa aprendiz del Sena», sostiene.
Trabajo en el tema turístico
Francy Elena, como apasionada del tema turístico, se pone a trabajar a raíz de la iniciativa que surgió hace unos 20 años en Gigante de apostarle a la oferta turística. A manera de anécdota cuenta que en el 2015 le pico el bicho de la política, pero al terminar le quedó claro que no era lo suyo y siguió en lo del turismo.
Entre el 2018 y 2019 estudia un técnico en operación turística local y luego un emprender ser, sobre emprendedores turísticos rurales, con lo que conoce más a fondo la parte turística del municipio.
“No me considero guía turística profesional y aunque soy empírica, si tengo la fortaleza de conocer cada rincón, conozco la zona, mi municipio, los atractivos turísticos naturales, culturales y he leído sobre la historia local al tiempo que he ido visitando esos lugares”, indica Francy Elena Ortiz.
Recuerda que tuvieron que hacer una pausa prolongada de cerca de 20 años al verse afectados por el flagelo de la violencia y con el acompañamiento del Ejercito lograron hacer un desmine en la parte que les corresponde del Cerro Páramo de Miraflores e incluirlo en la oferta turística.
“Al cerro al que llegan turistas no solo de Colombia, viene mucho extranjero, tiene varias entradas; el conocido de toda la vida que era “Ventanas”, que como vereda del municipio de Gigante fue destruido en la época de la violencia, pero aún se considera zona de reserva y es el punto más adecuado para llegar a la laguna del descanso en donde nacen todas las fuentes hídricas de Gigante, Garzón y Algeciras y del Hobo”, suma.
A Gigante le corresponden unas 19.000 hectáreas de bosque y dice que se denomina “Rigoberto Urriago” en honor a un ambientalista que perdió la vida en el centro poblado de Tres Esquinas, acto seguido comenta que en los últimos estudios se considera como uno de los páramos mejor conservados en Colombia.
“Aquí vienen extranjeros, pero también los estudiantes de las universidades, Corhuila, La Surcolombiana, La UNIMINUTO, con ellos he aprendido de páramos, de bosques, de la vegetación, de todo lo que ellos vienen a practicar”, refiere.
Francy Helena reflexiona y como paradoja relata que lo la afectación por el tema de orden público, le sirvió al páramo en su recuperación porque por cerca de 20 años, nadie volvió a pisar esos terrenos por temor a las minas anti persona. “Una persona fue afectada por una mina cuando hacíamos un recorrido para un proyecto con el Ministerio de Comercio, industria y turismo”.
Después de adelantar un desmine desde 2017 retomaron la confianza y llegan al Páramo no solo por Ventanas, si no por la Umbría y la Estación de Gigante y por la vereda el Vergel del municipio de Garzón en donde hay unas hermosas cascadas. “Realmente es una belleza tener este cerro Páramo de Miraflores en nuestro territorio”, dice con orgullo.
Finalmente, dice que se ve en un proyecto que viene trabajando para hacer su trabajo de manera independiente, en la ruta mágica del café y del cacao, en el que hay una oferta variada para los visitantes, como paseo ecológico, avistamiento de aves, apreciar un ordeño, conocer el proceso del café entre otros.
Destaca que han venido avanzando en miradores como la mano gigante, que se ha convertido en el principal atractivo especialmente los fines de semana. La oferta es variada, pero siempre estará en la agenda el cerro Páramo de Miraflores.