DIARIO DEL HUILA, TENDENCIA
Emol
Se trata de un método propio de la comarca de la Alpujarra granadina que guía el agua del deshielo desde las cumbres más altas en la zona hasta los caladeros donde se infiltra y vuelve a aflorar en zonas más bajas y que resulta fundamental para abastecer a cultivos y zonas pobladas, ha añadido el director del Parque Nacional de Sierra Nevada, Francisco Muñoz.
De no existir el riego tradicional por acequias de careo y teniendo en cuenta las condiciones de sequía en la zona, el paisaje de Sierra Nevada “no sería como el que conocemos ahora, ya que el acceso al agua estaría muy limitado”, ha explicado el coordinador técnico de Life Adaptamed José Miguel Barea.
Técnicas del pasado
Se trata de un método propio de la comarca de la Alpujarra granadina que guía el agua del deshielo desde las cumbres más altas en la zona hasta los caladeros donde se infiltra y vuelve a aflorar en zonas más bajas y que resulta fundamental para abastecer a cultivos y zonas pobladas, ha añadido el director del Parque Nacional de Sierra Nevada, Francisco Muñoz.
Tanto Muñoz como Barea -que además es miembro de la Agencia de Medioambiente y Agua de la Junta de Andalucía- figuran en el equipo gestor de este proyecto europeo que desde 2015 busca ayudar a varios ecosistemas andaluces a adaptarse al cambio climático mejorando su gestión ambiental.
Garantizar los servicios ecosistémicos
Uno de los entornos elegidos es el Parque Nacional de Sierra Nevada, en Granada, debido al deterioro sufrido en los últimos años por la disminución de nevadas y recursos hídricos, lo que ha traído consigo una pérdida de biodiversidad y una amenaza a otros servicios ecosistémicos como la actividad agrícola y ganadera de la zona.
Life Adaptamed también tiene como objetivo proteger el parque de futuros incendios, “incluso los de sexta generación”, ha añadido Barea, reforzando y protegiendo el pinar, los bosques de quercus -roble, encina y alcornoque- y los matorrales, ha detallado la coordinadora técnica del programa de seguimiento de cambio global de Sierra Nevada en la Agencia de Medioambiente y Agua, Rut Aspizua.
Hasta ahora los especialistas han actuado sobre 132 hectáreas del pinar, “la superficie de masa forestal más extensa y la que más está sufriendo por la falta de nieve” y 50 de quercus, con podas selectivas, apertura de claros y tratamientos de biomasa, además de trabajar en la plantación de otras especies como el enebro, la sabina o el agracejo.
Esta iniciativa cuenta con un presupuesto cercano a los cinco millones y medio de euros, de los cuales la Comisión Europea aporta un 60 %, y “están pensadas para que sean transversales y puedan ser aplicadas no solo en los parques nacionales de España, sino en otros lugares de Europa”, ha precisado otro de los coordinadores, Javier Cano.
Actuaciones en Cabo de Gata
En el caso de Cabo de Gata-Níjar, las actividades de Life Adaptamed se centran en el azufaifar, un tipo de matorral capaz de fijar el carbono a través de sus hojas, lo cual lo convierte en “una especie fundamental para la mitigación del cambio climático en zonas áridas”, según el investigador de la Universidad de Almería, Francisco Javier Cabello.
Su peculiaridad radica en la forma de regular el ciclo del agua gracias a la evaporación y a sus largas raíces que le permiten acceder a los acuíferos subterráneos y, además, ofrece un hábitat para numerosas especies animales: desde camaleones hasta jabalíes e incluso a algunos insectos que pueden resultar beneficiosos para la agricultura.
Otra de las acciones pasa por el control de la pita o agave amarillo, una planta perenne e invasora, originaria de México y el sur de Estados Unidos, que destroza la estructura circular del azufaifar y que ha invadido el Parque de Cabo de Gata-Níjar.
Paradójicamente, pese a que su carácter invasor genera efectos nocivos para otras plantas autóctonas como el azufaifar, “la pita se ha convertido en un símbolo de Almería y gran parte de la sociedad está en contra de su eliminación” radical, por lo que los técnicos se limitan a evitar su expansión.