DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Galindo
Su apellido tiene orígenes en la guerra libertaria con el coronel Abel Gualy Ramos que luchó junto a Bolívar por la independencia, cuenta este docente de artes y artista por vocación que nos recibe en su apartamento.
Como muchos en Colombia es una víctima de la violencia. Desde su infancia, junto a su familia supo lo que era el conflicto que nos ha afectado por muchos años y parece no tener fin. Fueron desplazados por la violencia.
Nació en Oiba Santander, donde vivió hasta los doce años de edad y luego se vinieron para Palermo en el Huila ante las amenazas y hostigamientos hacia su padre Jaime Ruiz Arenas que terminó desaparecido. “A veces lo busco en los desaparecidos que publican en las redes”, dice con tristeza y su mirada se pierde en el horizonte como queriendo encontrarlo.
Sus padres se conocen en Santander a donde llega doña Teresa de Jesús Gualy y fruto de su relación nacen además de él sus hermanos que están algunos en el extranjero; Diego, Juan Darío, Marcos y Susana.
Desde niño se inclinó por las artes debido a la cercanía que tenían sus padres con las manualidades, con el dibujo, la pintura y otras. Después de terminar sus estudios primarios y de secundaria en el San Juan Bosco de Palermo, se presenta a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, facultad de artes Asab.
Tras una tesis laureada que le permite su primer vínculo con el museo de arte contemporáneo del Huila, se gana una beca del Ministerio de Cultura para estudiar curaduría Internacional en Suecia.
En Suecia organiza una exposición de arte sobre víctimas del conflicto armado concretamente en Estocolmo.
Una de sus obras, que tienen gran acogida.
Donathello además de curador del museo contemporáneo del Huila se ha desempeñado como docente en la Universidad Surcolombiana. Actualmente es docente de la UNAD sede Neiva y de la Institución Educativa Rodrigo Lara Bonilla en el sur de la ciudad.
Como experiencias internacionales en Europa trabajó en Berna Suiza en Peripherie Arts Gallery, que la dirige un colombiano: Miller Ramírez, es curador y artista ya posicionado en Europa. Fue además de curador en la galería artista invitado de exposiciones.
“Realizaron tres exposiciones del verano al otoño de 2018, sigue vinculado en proyectos de intercambio. Este año se tiene proyectado unió para el mes de septiembre”, refiere.
En el 2019 se fue a Australia para perfeccionar el inglés, regresa y se pone a trabajar en el Rodrigo Lara Bonilla como coordinador del área de diseño como docente. En la UNAD; video, y dibujo. Trabaja con proyectos alternos como artes en contexto y ahora con cuentas en las redes; Instagram, Facebook y YouTube que tienen mucho movimiento
Ha descubierto muchos jóvenes que quieren mostrar su trabajo. De hecho, ha llevado varias obras a Europa.
La pandemia lo ha afectado, pero no ha sido en lo financiero. Si en los procesos con los estudiantes. “Por eso me di a la tarea de hacer videos en los que muestro los procesos a los estudiantes de la universidad. Busco solucionar la falta de presencialidad a través de videos, tutoriales de reflexiones, así les puedo enseñar a los estudiantes contenidos”, sostiene.
Este joven reflexiona frente a temas como la pandemia y la crisis social que vive el país con paros y marchas.
“Lo del covid-19 se podría solucionar de manera pronta si hubiera voluntad política del gobierno que tiene los recursos para adquirir las vacunas necesarias para toda la población. Pero el gobierno tiene otras prioridades”, agrega.
Sobre el paro y las marchas dice que está de acuerdo, se deben a la gran brecha social y económica que de 2019 a 2021 se nota mucho más como ha crecido en Colombia.
Del paro le molesta o más bien le incomoda como afecta a sus estudiantes que son de escasos recursos, de los más pobres de Neiva. Por eso tiene que ingeniárselas en medio de las dificultades.
“Lo que Colombia necesita es un cambio más que político ideológico y cultural, que dejemos de pensar en joder a los demás. El cambio de gobierno es urgente. No que sea más de izquierda o de derecha. Pensar más en lo social que, comprendamos que todos somos parte de un mundo que es un organismo vivo gigantesco y si queremos crecer todos debemos aportar”, asevera.
“He estado trabajando solitario en mi estudio, pero tengo un grupo de 300 estudiantes que son una esperanza y desde acá le estoy aportando a mi país. Que entendamos que todos podemos aportar desde donde estemos. Necesitamos ser una sociedad más amable con el ecosistema, con el otro, más amable económicamente y con lo que hacemos. Que haya más empatía ante todo”, concluye.
