DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL
Por: Rolando Monje Gómez
Fotos: Tatiana Ramírez
“Cuando empecé a estudiar en la Fundación Universitaria Los Libertadores en Bogotá tenía que ir al edificio de Avianca a reclamar encomiendas y pasaba frente a las instalaciones del Banco de la República que quedaba al lado, solo separado por el Parque Santander. Yo decía qué maravilla y qué afortunados los que trabajan en este Banco.
“En esa época cuando yo estudié no había internet y los computadores no estaban masificados por lo que tenía que acudir a las bibliotecas, entonces me encantaba ir a la Biblioteca ‘Luis Ángel Arango’, porque allí encontraba las cosas de una manera más fácil y obviamente sabía que ésta era del Banco, al igual que el Museo del Oro donde varias veces, por cuestiones de estudio teníamos que visitar museos o centros culturales, me maravillaba ante todo eso, sin imaginar que pudiera llegar hasta este lugar”, así recuerda Martha Lucía Monsalve Díaz, gerente de la Agencia Cultural del Banco de la República en Neiva, su primer contacto con la institución con la que el próximo 3 de octubre cumple diez años y que en ese momento veía como algo imposible en su camino profesional.
Nacida en una familia muy unida, donde su papá, Antonio Monsalve, un antioqueño de Concepción, era una persona supremamente estricta, que siempre amó a sus hijos, “lo respetábamos mucho, él siempre nos enseñó con el ejemplo a ser responsables, a ser disciplinados”.
“Mi papá, más conocido como Lolo, era muy respetuoso, fue de las primeras personas en el departamento que trabajó con el mármol, su obra se encuentra en la mayoría de los altares del departamento, fue muy valorado por su labor”, recuerda.
La mamá era muy dedicada a sus hijos, muy estricta también, que les enseñó que nunca debían envidiar a los demás. Mi mamá, Marvy Díaz, era de Venadillo, Tolima, una mujer muy dedicada a su familia, a que todo estuviera bien y eso también fue un ejemplo, muy del hogar”.
Somos tres hermanos, yo soy la segunda y la única mujer, por lo que su papá la cuidaba mucho.
Martha Lucía nos cuenta que sus estudios los hizo, inicialmente en el Divino Niño y posteriormente, el bachillerato, en el INEM ‘Julián Motta Salas’, “orgullosa inemita”, dice.
“Fue una época muy linda con mis compañeros, disfrutamos mucho disfruté mucho mi etapa escolar, no pasaron mayores cosas, ni siquiera en la universidad porque traté de adelantar y sacar rápido el título. Me gradué en La Libertadores de comunicadora social y periodista”, comenta.
Recuerda cuando le comentó a su papá que iba a ser periodista y el le dijo: “pero mijita usted para qué va a estudiar eso, y yo cuando la voy a ver presentando las noticias en el televisor. Él no me veía futuro, pero esa forma de pensar me impulsó más a estudiar eso”.
Ella asegura que si su papá viviera se sentiría el hombre más orgulloso del mundo, así no haya presentado las noticias en televisión.
En Diario del Huila
Aunque realmente no sabe por qué estudió comunicación social, si considera que fue lo que mejor le pareció en ese momento, pero cuando se graduó no sabía cómo empezar por lo que decidió volver a Neiva.
“Mi papá le comentó a Hernando González, quien trabajaba con la familia Duque y así entré al Diario del Huila, en la época en que el periódico cambió de formato y transformó su tecnología. Eso fue en el año 96 cuando entré al Diario con una nueva generación de periodistas, los pupilos de Delimiro Moreno”, nos comenta Martha Lucía.
En este medio de comunicación fue la editora de muchas páginas: Social, Neiva, Regional y coordinó desde el principio el proyecto de Prensa Escuela, que siempre ha considerado como un proyecto maravilloso. “Era muy duro pero lo disfrutamos mucho, era verdadero periodismo”.
Gerente de la cultura
Al Banco de la República llegó como Jefe Cultural y posteriormente participó en el concurso para gerente, con mucha gente de todo el país, cuando quedó en la terna sentía que ya había llegado lejos en ese camino, pero nunca se imaginaba lo que tendría que caminar en los próximos diez años.
Considera que su llegada a la gerencia sumó muchos aspectos de su vida profesional que le dieron un plus a la hora de la selección. “Tal vez lo que vieron en mí fue el conocimiento que tenía de región, por el trabajo que hice en el Diario del Huila, empresa a la que amo mucho que me dio la oportunidad de conocer los municipios del departamento, cómo somos los huilenses y luego pasar a la UCC donde adquirí un conocimiento más académico, de un trabajo en red, donde aprendí a conocer cómo son los jóvenes, cómo se están formando, qué piensan y cómo estos jóvenes hoy están aportándole a la región. Conozco las tradiciones de la región, su identidad, toda esa esencia que se convierte en lo patrimonial”, señala.
Martha Lucía Monsalve afirma que es en el Banco de la República cuando empieza a conocer verdaderamente todo este tema cultural y lo que nos representa. “El trabajar con la cultura, motivando a la gente para que accedan a servicios como los que ofrecemos aquí, donde se pueden encontrar todo lo que quiera leer, para todos los gustos y edades”.
“El trabajo con el Banco lo disfruto al máximo, me encanta, muy bonito, porque nos permite, desde una institución como ésta, hacer parte de estos procesos de inclusión, aquí brindamos cultura y conocimiento.
“En estos tiempos de pandemia no hemos parado, nos hemos dado cuenta que el público se ha volcado a la virtualidad. La pandemia nos cambió el panorama de cómo debemos trabajar”, afirma.
En lo familiar Martha Lucía nos cuenta que además de ser la Gerente, también es ama de casa y que disfruta mucho haciendo las labores del hogar, tiene una vida muy tranquila al lado de su esposo José María ‘Chepe’ Falla y su hijo Juan David, sin olvidar a Mimi, la gata consentida de todos.
“Me gustaría que me recordaran como una persona sensible, como un ser humano que desde sus diferentes etapas de su vida le brindó algo a las personas. Las personas han sido muy generosas conmigo, la vida ha sido muy generosa conmigo y creo infinitamente en Dios, quiero que la gente me recuerde con afecto”, afirma.
Finalmente, dice que más adelante le gustaría ser la bibliotecaria de la biblioteca de un pueblo, porque ahí se puede hacer muchísimo, o coordinadora, no rectora, de una institución educativa de primaria, “me gustaría trabajar con niños”.