Fueron 32 años los que Albeiro Moreno Dimaté acompañó la salida del Atlético Huila no solo en su condición de local, sino en muchas oportunidades en otras plazas con una gran bandera. Por razones que se salen de sus manos, decidió no hacerlo más, presionado por el reglamento de la Dimayor y la prioridad que tiene el canal que transmite los partidos del fútbol profesional en Colombia.
Albeiro Moreno Dimaté es un hombre sencillo, de origen campesino como lo somos la mayoría de colombianos, claro que hay quienes consideran que eso es un pecado. Desde que recuerda siempre ha sido amante del fútbol y con la aparición del Atlético Huila, su corazón no tuvo espacio para una divisa distinta en el contexto nacional.
A sus 61 años, próximo a cumplir la edad para pensionarse y aun con lágrimas en los ojos, decidió contarle a Diario del Huila el porqué de colgar la bandera que durante 32 años llevó con orgullo a los escenarios en los que se presenta el Atlético Huila en su trasegar por las canchas en las diferentes plazas del rentado.
Lo mismo que lo motivó a portar una bandera en la salida del equipo en cada presentación, lo sacó y lo obligó a tomar la decisión que ahora comparte con tristeza. “La alegría, la euforia de ver a su equipo en acción”.
“La decisión no es porque esté cansado de exhibir la bandera cuando juega nuestro Atlético Huila aquí en Neiva, todo obedece más a la Dimayor, no obedece ni al club ni a mí como persona. Todo obedeció a que, si bien tenía autorización para estar en los actos protocolarios, no contaba con esa autorización para otros momentos a lo largo o al final de los partidos”, dijo con nostalgia.
Todo se originó en la celebración del título del torneo Betplay 2022, “en esos momentos las emociones lo traicionan a uno y difícilmente las puede controlar, me pareció fácil una vez terminó el partido salir de nuevo a la cancha y con los jugadores ir hasta el sector de la barra “Alta tensión” y celebrar con ellos”.
Esto motivo que la Dimayor oficiara al club al día siguiente pidiendo explicaciones en torno a qué hacían personas diferentes a los jugadores en la celebración dentro de la cancha y lo señalaban como una de esas personas extrañas a él.
El club debió dar las explicaciones para evitar una sanción económica y suspensión de la plaza. “Como la cuerda se rompe por lo más débil, la más fácil fue decidir que yo no volvería a salir con la bandera”, contó con aire de resignación.
Decisión familiar
Albeiro que pensó en apelar o que desde el club le ayudaran a mediar para que la determinación fuera de otro tipo decidió reunirse con su familia, la misma que lo ha acompañado y crecido durante los 32 años en los que fue abanderado del club de esta región.
Esto fue después de insistir en buscar otra salida y ante la respuesta sincera del presidente que la situación era muy difícil, en reunión familiar tomó la decisión que todavía le genera tristeza.
“Todavía me embarga una profunda tristeza, porque fueron 32 años desde aquel 1.991 en el que tomé la decisión de salir con una bandera cada vez que el equipo saltaba a la cancha, alcancé a ir a muchas canchas en el país cuando permitían que la afición acompañara a los equipos visitantes, es algo que llevo y que nunca voy a superar”, añadió.
El comienzo como el final
La idea de portar una bandera le surgió de manera esporádica y en el primer partido como local observó que no había una sola bandera, al otro día compró un metro de satín de cada uno de los colores de la bandera del Huila y con eso la armó.
Al partido siguiente salió con los jugadores, nadie se lo impidió, ni la terna, ni el veedor de la Dimayor, al punto que luego sacó ya el permiso y de manera oficial se convirtió en el abanderado del Atlético Huila.
Acto seguido recuerda algo que lo lleva a borde del llanto y es que el permiso incluía su ingreso y el de su hija Angie Tatiana que está por convertirlo en abuelo, ella me acompañó desde los cuatro años hasta los quince años de edad, siempre en la salida del equipo y luego lo hizo María Valeria, que también me acompañó durante ocho años. “Ahí están los registros fotográficos”, dijo.
Son muchas las anécdotas e historias que tiene Albeiro para contar alrededor de su papel como abanderado, entre ellas cuando lo fueron a entrevistar en Bello Antioquia y el llanto lo embargó y no pudo hablar, las alegrías de cuatro títulos en la B; 92, 97, 2020 y 2022 y los subcampeonatos en la A en los años 2007 y 2009.
Albeiro se calma y se muestra agradecido con Dios y con la vida. Agradece así mismo la solidaridad que ha recibido en estos momentos y seguirá ahora como un aficionado más acompañando al Atlético Huila desde las tribunas.
