Parapeto.
Estuve investigando la palabreja cándida, y me entere que una persona que caiga en esa ingenuidad, es un simple, o falto de experiencia.
Eso fue lo que demostró ser el señor ministro del interior el Dr Luis Fernando Velazco cuando le creyó al máximo comandante del ELN, Antonio García, que esa agrupación subversiva es muy pobre, y que requiere seguir secuestrando, extorsionando, reclutando a menores, desplazando y negociando con grupos narcoterrorista para derivar el sustento de sus tropas, para proponerle a los colombianos que sea entonces el estado el que se ocupe de la supervivencia de los criminales.
La fiscalía general le salió al paso a las declaraciones del jefe subversivo y señalo que, en los últimos años les ha confiscado bienes por más de $300.000 millones de pesos y que solamente en el último mes, les incauto bienes por más de $10,300 millones de pesos en los departamentos de Norte de Santander y Santander lugares en donde preferencialmente opera esa organización criminal.
Si los señores del ELN se encuentran incomodos en la mesa de dialogo acordada con el gobierno, deben saber que los que nos sentimos verdaderamente fastidiados con su presencia allí, somos los colombianos.
¿De qué nos sirve haber vivido tantos años observando el comportamiento irregular de los elenos en anteriores procesos de paz, que de buena fe quisieron adelantar gobiernos precedentes?
Las primeras negociaciones con el grupo subversivo más antiguo de Colombia se dieron en el año de 1.975 cuando nuestro glorioso ejercito desmanteló el mando central de esa guerrilla y el ELN le comunico al presidente Alfonso López Michelsen su interés de dejar las armas. En la década de los 90 el presidente Cesar Gaviria logro que el ELN se sentara a negociar, y solamente un reducido grupo llamado Corriente de renovación socialista se desmovilizó, el grueso de la organización nunca lo hizo.
En el gobierno de Samper (1.994-1.998) se intentó nuevamente. El ELN hizo la pantomima, pero todo resulto en vano por un atentado de esa agrupación en Antioquia donde murieron 70 personas. Durante el gobierno del Dr Álvaro Uribe, (entre el 2.005-2.007) se iniciaron fases exploratorias que se frustraron a raíz de los conflictos entre Colombia y el gobierno de Hugo Chávez de Venezuela.
El diálogo se revivió en el gobierno de Juan Manuel Santos, pero este no tuvo reconocimiento por parte del grupo alzado en armas porque el tiempo se acabó y no se logró pactar un nuevo cese al fuego bilateral. Con Iván Duque, el gobierno impuso nuevas condiciones al ELN, entre ellas la liberación de todos los secuestrados y el cese unilateral de sus actividades criminales, condiciones que la guerrilla no acepto. El 17 de enero de 2.019 la guerrilla hizo explotar un carro bomba contra la escuela de cadetes de la Policía Nacional provocando la muerte de 23 personas, lo que llevo de inmediato el rompimiento de los diálogos de paz. Acumulamos 45 años de violencia y mentiras.
El 21 de noviembre de 2022 el gobierno de Gustavo Petro abrió una nueva mesa de diálogo, sin embargo, la sociedad colombiana la ha rechazado si no existe voluntad de liberar a todos los secuestrados en su poder y de no secuestrar a más colombianos como ocurrió con el padre del jugador Luis Diaz estrella de la selección de futbol.
Por eso siempre he afirmado que en esa guerrilla no ha existido nunca voluntad de paz. Vulgarmente nos maman gallo, se burlan de nosotros, y hacen lo que se les da la gana. La solución debe ser militar. Vaca ladrona no olvida el portillo. Julio Bahamon.