Diario del Huila, Crónica
Por: Hernán Guillermo Galindo M
Susana Ortiz y Andrés Losada, es una pareja que vive de la comercialización de bonsáis (árboles pequeños), que ellos mismos cultivan en un vivero que tienen en compañía con un amigo en Fusagasugá, Cundinamarca. En Neiva se les ve de lunes a sábado en la mañana en la carrera quinta entre calles 9 y 10.
Susana Ortiz de 35 años y su esposo Andrés Losada de 42, trabajan en el cultivo de bonsáis, técnica que aprendió primero el esposo, con base en la experiencia e investigando. Los conocimientos se los trasladó a ella que es enfermera de profesión, pero que, a raíz de la pandemia, con lo del encierro, tomaron la decisión de dedicarse a trabajar en el que llaman su pequeño emprendimiento.
Los arbolitos los cultivan en un vivero que tienen en Fusagasugá, para luego salir a comercializar. Escogieron Neiva por los nexos de Susana con Neiva y el Huila, ya que su progenitora y su familia son de origen opita.
“La decisión de dedicarnos a esta técnica de origen oriental, la tomamos a raíz de la pandemia, mi esposo fue el primero en aprender, luego me invitó a unirme al proyecto y aquí estamos en esta aventura en la que nos ha ido bien gracias a Dios”, sostiene Susana.
“Mi esposo tiene un vivero en Chinauta en sociedad con un amigo, lo que queremos es que la ciudad se llene de árboles, que haya conciencia sobre la importancia de tener un árbol o una planta en nuestras casas ya que eso es oxígeno para nosotros”, agrega.
La pareja se conoce hace diez años, casi el mismo tiempo que llevan juntos, de cuya unión tienen dos pequeñas hijas, Claudia y Luciana que viven en Fusa con la abuela, estudian primaria, mientras los padres viajan a Neiva en donde esperan establecerse. “La idea es tener una sede del vivero en Neiva, ahora llevamos ya tres meses en esta ciudad, por lo que la proyección es trabajar la técnica bonsái aquí”, comenta Susana.
El proceso bonsái
“Las semillas son especiales, se compran, se siembran y a los seis meses de vida de la pequeña planta, se trabaja básicamente en la raíz, teniendo en cuenta que toda planta tiene una raíz principal y unas secundarias, se intervine la principal para obtener el árbol pequeño. Ya se podan, se arreglan, se abonan con productos orgánicos”, relata Susana como lo básico de la técnica bonsái.
Aunque se trabajan naranjos, limones y mandarinos como árboles frutales, en su mayoría son arboles maderables o de sombra los que se plantan; pinos, guayacán, cauchos que son los que más se dan y adicional arboles florales como el veranero, la guinea y otros.
Mientras Susana se va a atender a una posible clienta, llega su esposo Andrés Losada quien comienza por relatar cómo le surgió el gusto por las plantas, en especial por los bonsáis. “Un amigo que tiene su vivero, con criadero de bonsáis, me invitó, me fui involucrando, me fue gustando, fui aprendiendo, me fui instruyendo. Realmente es algo muy gratificante, sembrar una semillita, ver surgir una planta, verla crecer, cuidarla, es algo muy especial”, sostiene.
Sobre la manera como obtiene la planta, dice que “más que semillas utiliza una técnica que se llama enraizar que es tomar una parte de la misma planta, básicamente una rama, se aplica la técnica y a esta le sale raíz”.
El proceso según la planta puede durar entre seis meses y un año para sacarlo al mercado indica, Andrés. Claro que hay bonsáis especiales que duran tres y hasta cuatro años en su proceso de crecimiento, que es lo que los valoriza, agrega.
En torno a la acogida, este pequeño empresario de las plantas, sostiene que en Neiva les ha ido bien, porque han llegado personas que comercializan a gran escala, les venden el arbolito y no los vuelven a ver. Lo de nosotros es darle una garantía, hacerle seguimiento, tratamiento a los arbolitos. “He tenido clientes que se les seca el bonsái, yo se lo recibo en garantía, se lo cambio por otro, para recuperarlo, le hago un tratamiento especial y lo recupero”, afirma.
“Para mí y para mi esposa esto no es tanto un negocio, sino una manera de crear conciencia que las plantas son vida, la importancia que en nuestros ambientes haya plantas para purificar el aire que respiramos. Por lo del virus la gente se ha concientizado, por lo que la demanda ha aumentado”, adiciona.
Ha sido tal la acogida que han comenzado a llamarnos para hacer mantenimiento en los conjuntos, además tenemos garantizado trabajo hasta junio aquí en Neiva, ya que se tiene prevista una feria en la Plaza Cívica y quieren que yo sea uno de los expositores con plantas.
Finalmente, corrobora lo dicho por Susana, su compañera de labores sobre establecer un punto de venta fijo en Neiva, así sea en la casa en donde vivan. Un criadero se establece en una pequeña área de la vivienda, en eso estamos, concluye.
Actualmente, se dan a conocer además por Facebook, como Bios decoplanmed y atienden los pedidos en el vivero en Fusa, Bios decoración, medicinal
¿Qué es el bonsái?
El bonsái es más que un árbol pequeño, es una forma viva de arte que requiere un tiempo y técnicas concretas, así como necesarias para su correcto cultivo, sólo así es posible alcanzar un resultado óptimo en su crecimiento y vida. El arte de su cultivo se basa en aptitudes de elección de árbol adecuado al tiempo y cuidado que se le pueda dedicar; conviene iniciarse por ejemplares pequeños o medianos, pero hay quien alimenta de manera recíproca su pasión por este arte, lo que le llevará a elegir ejemplares de mayor tamaño y que requerirán otras técnicas empleadas en el mundo del bonsái.