Diario del Huila

‘En el Huila las tradiciones las tenemos en un baúl’

Jun 19, 2021

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DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL

Por: Rolando Monje Gómez

Fotos: Tatiana Ramírez

Aunque nació en una finca entre Paicol, legalmente aparece registrado como de La Plata, dos municipios que quiere mucho. Esta ‘dualidad’ de su origen terminó siendo algo premonitorio de lo que sería su vida a lo largo de los años, pues a sus 65 años Guillermo González Otálora conoce todos los recovecos del departamento del Huila, y los ha asumido como propios, con todas sus costumbres y tradiciones por las que ha trabajado.

Sus padres eran campesinos, Antonio María González Ramírez, Adiela Otálora Díaz, oriundos de la región, que tuvieron tres hijos, donde Guillermo era el menor. Inicialmente vivían en una finca, pero después se fueron a vivir al pueblo, en Paicol. “Fuimos creciendo con consejos de los dos, con mis hermanos somos muy unidos, constantemente nos estamos comunicando”, comenta.

De sus años de infancia, en ese lugar dice que tiene recuerdos muy hermosos, como “cuando a las once la noche salíamos mi papá y mis dos hermanos a la molienda. Un día que íbamos a la madrugada cuando vimos una luz brillante en la montaña, y pregunté: ¿Eso qué es? Y mi padre me respondió ‘la candileja, no se le vaya a ocurrir rezar y hagámosle rápido’. Ahí vi por primera vez una candileja en tiempo real, entre las lomas de Paicol y La Plata, estaba muy pequeñito”.

La familia viajó luego a Garzón, donde Guillermo vivió la mayoría de su infancia hasta que terminó su bachillerato en el tradicional colegio Simón Bolívar, un año antes de que el colegio se convirtiera en mixto.

“En 1976 llegué a Neiva a estudiar en la Universidad Surcolombiana lingüística y literatura, posteriormente realicé dos posgrados en Los Andes y El Rosario, en gestión de administración cultural”, dice.

Guillermo ha sido reconocido por su labor en la organización del Festival Folclórico y Reinado Nacional del Bambuco, aunque inicialmente fue maestro en diferentes instituciones educativas, desde siempre estuvo vinculado con la cultura de la región.

“Arranqué como maestro, pero desde que estaba en bachillerato era de los que organizábamos la semana cultural en Garzón, ya en la Universidad empecé a hacer mis primeros cuentos y narraciones y Misael García me invitó a que gerenciara la Casa de la Cultura”, comenta.

En ese tiempo trabajaba en el colegio nocturno ‘José María Rojas Garrido’ y con el tiempo, por gestión de Guillermo Liévano, siguió en comisión en el Instituto Huilense de Cultura, hoy Secretaría de Cultura Departamental, después renunció al magisterio y se quedó en el Instituto.

El maestro

Como maestro de colegio su comienzo fue, según él mismo “muy chistoso”, porque llegó de Garzón a la Universidad y necesitaba trabajar porque sus padres no tenían mucho dinero. “Todos los días me iba a la Secretaría de Educación a decirles que yo estaba disponible. Llegaba a las ocho de la mañana, saludaba a todos, a las doce del día igual, y a las dos nuevamente llegaba y saludaba, hasta que por fin decidieron enviarme de docente”.

En el Colegio Departamental Femenino había una vacante para dictar química, biología y filosofía y allá lo nombraron. Aunque estaba empezando la licenciatura en educación, le tocó estudiar mucho de química y biología

“Con unos compañeros vivíamos en Santa Isabel, a las once llegaba de la Universidad a estudiar y preparar la clase porque a las cinco tenía que salir para el colegio. Cuando construyeron el ‘Oliverio Lara’ hice parte de la primera planta de personal de esa institución”, recuerda y además afirma que ha sido docente en muchas universidades.

Guillermo González se siente orgulloso de su trabajo, pero cree que una de las mayores satisfacciones es haber incluido muchos certámenes por su iniciativa.

Sus primeros festivales

Aunque la docencia fue la profesión para la que se preparó, Guillermo encaminó sus conocimientos hacia la cultura, de ahí que durante sus 65 años, “bien cumplidos, bien vividos y bien trabajados”, ha sido gerente de la Casa de la Cultura, de la Empresa de Publicaciones del Huila, director encargado del Instituto de Cultura, coordinador general del Festival, entre otros muchos cargos.

“Con el Festival mi primera función fue acomodador de sillas, fotógrafo del festival, luego hice las filmaciones y poco a poco me fui ganando un espacio, coordinador general y presidente de la Junta Directiva del Festival, creo que recorrí por todos los cargos”, cuenta.

Poco a poco ha ido conociendo el departamento y ha estado en la creación de las secretarías de cultura de los municipios del departamento e hizo parte de la construcción de la Ley General de Cultura. Por eso cuando a mí me nombran cualquier expresión artística del Huila tengo muy buenas referencias, incluyendo las nuevas expresiones como la música alternativa”.

Sus aportes

Tal vez el mayor aporte que ha hecho Guillermo González al Festival y a las tradiciones del Huila es el haber propuesto, y en muchos casos lograr incluir, expresiones culturales en muchos casos desconocidas para los huilenses.

“Una vez propusimos el Encuentro Departamental de Música Campesina, pero en la junta no fue aceptada. Sin embargo, salimos con Álvaro Gasca y Leo Cabrera, que era el jefe de prensa nos preguntó qué nos habían dicho del tema y le respondimos que ‘va música campesina’. Sorprendido nos preguntó ¿Cómo se va a llamar? Y Álvaro le dijo Cantalicio Rojas. Ese día él tenía que mandar el programa a la imprenta, después oh sorpresa cuando apareció el encuentro”.

Así se fueron incluyendo muchos aspectos. Por ejemplo, cuenta Guillermo: “para bailar bambuco tradicional uno de los requisitos era que el bailador debía tener más de 50 años y entonces para los que no llegaban a esa edad nos inventamos el bambuco tradicional infantil y el juvenil. Por ese aspecto, de la edad, es que muchos creen que el bambuco tradicional se baila agachado y el referente es que los viejos tienden a agacharse. Después incluimos la rumba campesina, que inicialmente era confundida con la rumba criolla que es del altiplano cundiboyacense”.

“Cuando Alicia Ferro dijo: qué hacemos con los artesanos que deben estar incluidos en el Festival, empezamos el trabajo de recorrer el departamento, con don Elías Cubides. A reconocer artesano por artesano, y cuando les preguntábamos a los alcaldes por los artesanos no sabían de su existencia. Don Elías fue un gran amigo para recorrer el departamento. A partir de ahí los artesanos del Huila tuvieron su lugar dentro del marco del festival”, afirma.

Guillermo dice que cada vez que le dan una oportunidad va incluyendo expresiones que representen el sentir, el pensar y la realidad sociocultural del departamento del Huila. “El Sanjuanero Huilense era solo para las reinas de ahí salió la idea de organizar los encuentros infantil y juvenil”.

El oficio

Su oficio en la Secretaría de Cultura es ayudar con toda la parte operacional, hoy la Secretaría es una unidad administrativa y él ayuda a direccionar y supervisar. “Desde los años 80 he tenido que ver con la programación”.

Para él la idea de la programación es hacer un festival innovador y atractivo para que la gente que venga disfrute y aprenda de nuestras tradiciones. “El reinado es una manifestación que se debe fortalecer y que todos los días debe unirse con la tradición nuestra. Cuando nace el Sanjuanero Huilense, que es un bambuco, con las hermanas Ferro y otras personas que ayudaron a fortalecerlo, inicialmente era un bambuqueado muy bonito y era una conquista, luego con las innovaciones desde el baile hasta el traje han ido modificándose poco a poco”.

Según Guillermo esto debe ser una unidad, que sea un conjunto, una expresión folclórica y cultural que represente no solo al Huila sino a Colombia, “porque tenemos raíces y tenemos fortalecimiento”.

Recuerda que “una vez había una comisión de la OEA en Bogotá y llegamos con rajaleñas, con bambuco tradicional y con la reina nacional. El Gobernador de turno se me acercó y me dijo: qué vergüenza presentar todos esos viejitos que usted trae. Yo le dije, esperemos a ver qué pasa”.

Cuando se presentaron, quien dirigía la comisión de la OEA se acercó al gobernador y le dijo: “Quiero felicitarlo porque usted sí sabe lo que es cultura y usted si respeta los valores culturales del departamento”.

Considera que es más difícil vender el festival en el Huila que en otro lugar. “Los turistas asisten a todos los encuentros culturales, son encantados con lo que ven, nosotros tenemos la dificultad que no aceptamos lo que tenemos cuando debe ser un orgullo. Como no conocemos no valoramos lo que tenemos”, expresa.

Está convencido que los huilenses debemos aprender a conocernos, porque si nos conocemos bien nos vamos respetar, si nos respetamos nos vamos a valorar y si nos valoramos vamos a decir aquí estamos.

“En el Huila las tradiciones las tenemos en un baúl y las sacamos los primeros días de mayo y los cerramos a finales de junio. El Huila es muy rico en tradiciones y folclor, la gente es muy creativa, tiene mucha chispa. Somos querendones con el que llega, pero no le ponemos cuidado al vecino”, afirma.

El autor

Guillermo González se siente orgulloso de su trabajo, pero cree que una de las mayores satisfacciones es haber incluido muchos certámenes por su iniciativa: maestros artesanos, bambuco tradicional, música andina, Festicrearte, rumba campesina, encuentro de pasillo.

Ha sido autor de siete publicaciones que de alguna manera han sido reconocidas, entre estos se encuentra el libro ‘Mitos del Huila’ que ha sido uno de los más vendidos, está en texto y audio.

Y es que esa obra no es más que el resultado de aquél encuentro que tuvo de niño con la candileja, y que a lo largo de sus años se ha permitido otros privilegios, ha visto también el duende, el pollo malo. “Cuando yo orgulloso de mi publicación fui a donde mi madre a mostrarle lo que había escrito, me dijo: ‘no mijo se quedó cortico”.

Finalmente Guillermo González Otálora, ‘memoria viva’ de como se ha ido desarrollando el Festival, afirma que tiene la alegría de ser un campesino de sepa y que espera que cuando ya no esté la gente lo recuerde como una persona asertiva, colaboradora, de mente abierta, amigo de la gente, conciliadora, como una persona que tuvo mucho que ver en el Festival dentro de lo positivo.

 

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