Por Hernán Guillermo Galindo M
Un cabello bien presentado o peinado es parte de una buena apariencia que exige el mundo moderno a quienes laboran como ejecutivos o en cargos de atención al público. José Wilson Sánchez Rodríguez, trabaja reparando planchas y secadores, elementos fundamentales para un cabello bien presentado. Esta es su vida.
José Wilson Sánchez es un hombre de 48 años de edad, que desde hace 20 de manera independiente se dedica a arreglar toda clase de planchas, secadores y elementos para la belleza, como las máquinas para cortar el cabello.
Nacido en el municipio de Guadalupe, en donde pasó una infancia tranquila junto a sus padres, José Reynaldo Sánchez y Lucila Rodríguez y sus hermanos Esperanza, Cristian Fernando y Víctor Leandro.
Estaban muy niños, cuando sus padres decidieron trasladarse a Neiva, en donde José Wilson adelantó sus estudios de primaria en la escuela ‘Alberto Suárez’ y el bachillerato en el Inem Julián Mota Salas, en donde al terminar en el año 93, se puso a estudiar en el Politécnico Americano, técnico en electricidad.
Con base en estos estudios se vinculó a trabajar con un señor llamado Francisco Beltrán que vendía productos de belleza. “Él se convierte como en un segundo padre para mí, no solo me dio trabajo, sino que me envió a estudiar con las empresas los cursos para reparar los productos que vendía y por lo que se daba garantía. Eso me permitió formarme, aprender a reparar toda clase de secadores, planchas y máquinas para peluquería”, recuerda el guadalupano.
Estuvo trabajando con don Francisco 18 años, aunque de cierta manera era independiente. “Mantenía ese vínculo con su empresa, cuando muere don Francisco, tomo la decisión de trabajar con mi propia empresa. De eso ya hace 20 años”, añade.
“Los cursos, el trabajo con el señor Francisco, me fueron dando a conocer por la gente que me fue buscando, hasta hacer una clientela que es la que me busca de manera permanente. Básicamente, son los estilistas, peluqueros, pero también hay gente que decide tener sus propios aparatos en la casa para mantener una buena apariencia”, sostiene.
José Wilson, antes de abrir su propio local, comenzó llevando parte del trabajo a la casa en donde de paso les enseñó a dos de sus hermanos, que en principio le colaboraron. “Cuando no podía hacerlo yo, ellos venían y abrían para atender el negocio, pero ahora trabajo básicamente solo, la gente lo busca a uno porque le conoce el trabajo y por la experiencia, así que gracias a Dios trabajo no falta”, recalca.
Retoma de lleno su profesión ya como independiente en 2009. “Desde entonces trabajo en mi propio local de Megacentro, comparto mis días con mi esposa Doris Macías y dos hijas, una de las cuales ya es abogada, Estefanía y una niña de tres añitos, Mariana”, agrega.
La jornada
Una jornada de trabajo para este técnico en electricidad, comienza a las cinco de la mañana. Se levanta a mirar y actualizarse en internet. “Los aparatos evolucionan por lo que hay que estar al tanto de esa evolución, luego me desplazo al local que abro a las 8 y media de la mañana hasta el mediodía, y en la tarde de 2 a 6 y 30, así de lunes a viernes, los sábados de 8 y 30 hasta la 1 de la tarde”, indica.
Cuando el trabajo está bueno José Wilson Sánchez se hace unos $150 mil pesos y cuando no es tan bueno puede irse con unos $70 mil pesos. “Gracias a Dios siempre hay clientes y hay trabajo”, expresa.
Mientras avanza en el relato de su incursión en la electricidad y la reparación de equipos para peluquería, Wilson abre su corazón y cuenta que su gran frustración fue no haber podido ser médico, que era la profesión que tenía en mente, pero que por razones económicas no pudo llegar a realizar. Claro que está agradecido con la vida y con Dios por la labor que realiza, con la que consigue su sustento y el de su familia.
A futuro se ve administrando su negocio en el local 120 y 121 de Megacentro, en pleno corazón de Neiva. “Para cualquier servicio los espero o me pueden contactar en el cel. 320 236 4731”, dice este ciudadano trabajador.