DIARIO DEL HUILA, TENDENCIA
Emol
Para el autor de la investigación, las aves juegan probablemente un papel tan importante en la dispersión de este hongo en la zona como en otras regiones, incluyendo Norteamérica.
En gastronomía, las trufas -primas lejanas de los champiñones- son apreciadas por su sabor refinado. Y, al parecer, también son un manjar para algunas aves de la Patagonia.
Según un estudio publicado el jueves en la revista Current Biology, esos animales participan en la dispersión -importante para el ecosistema- de estos hongos, gracias a sus excrementos.
Matthew Smith, autor del estudio y profesor en la Universidad de Florida, junto a sus colegas de Chile y Argentina, se sorprendieron con el hallazgo realizado mientras estudiaban el reino de los hongos en la región.
Las trufas se encuentran generalmente debajo de hojas, en el suelo.
«Encontramos pruebas de que algunas estaban descubiertas, y a veces evidencias de que habían sido arañadas», indicó el investigador.
Además, algunas aves de zonas alejadas comenzaron a seguir a los científicos cuando buscaban trufas.
Los científicos también se dieron cuenta de que las trufas de la región eran similares en tamaño y forma a frutas -fuente común de alimento para los pájaros, junto con los granos e invertebrados-, lo que sugiere que pudieron evolucionar para atraer la atención de las aves.
Uno de los autores del estudio vio de hecho a un ave comer una trufa.
Para confirmar su hipótesis, los investigadores recolectaron las defecaciones de dos especies de pájaros, el Chucao (Scelorchilus rubecula) y la Turca (Pteroptochos megapodius), para analizar su ADN.
El ADN de trufa fue hallado en 42% de los excrementos de la primera especie, y en 38% de la segunda.
También estudiaron los excrementos por microscopia fluorescente, para confirmar que las esporas presentes en estos eran viables, y que los pájaros son responsables de su propagación.
Es sabido que las trufas dependen de los mamíferos para difundir sus propias esporas, a diferencia de los champiñones, que pueden proyectarlas.
Pero la mayoría de trufas se relacionan con los árboles, a los que ayudan a asegurar recoger nutrientes a cambio de azúcares.
Y «estos árboles son la base del ecosistema», con lo que se pudo evidenciar que «estos hongos tienen una relación simbiótica con los árboles. Tenemos entonces ahora una triple conexión entre aves, hongos y árboles», precisó Smith.
En la Patagonia los ecosistemas están bajo presión. Y, como los movimientos de las aves se restringen cuando son molestadas por humanos, esto podría acarrear consecuencias para las trufas.
Para Smith, las aves juegan probablemente un papel tan importante en la dispersión de las trufas en la zona como en otras regiones, incluyendo Norteamérica.