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José Miller Trujillo, 50 años en la música como cantautor e intérprete

Jun 4, 2022

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DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA

Por: Hernán Guillermo Galindo M

Fotos: José Rodrigo Montalvo

El 18 de junio de 1972, sonó en la radio la primera composición que le grabaron a José Miller Trujillo, Los Tolimenses; “Que vivan San Pedro y San Juan”. Son 50 años que celebrará con un regalo que le hace al Huila, los arreglos musicales modernos de esa canción y del tema “Guaitipan madre Gaitana”. La primera se interpretará el 28  de junio en la velada de elección de la reina departamental y  la segunda el 15 de junio  en el aniversario del departamento.  

Desde que tiene uso de razón, José Miller Trujillo supo que lo suyo era la música, cuando se enteró por boca de su mamá que la abuela María Josefa, era una gran intérprete del tambor típico del San Pedro y por el lado paterno también tenía una tía pianista y uno de los tíos era melómano, mientras que su abuelo paterno escribía versos. Tiene claro que desde niño la música la lleva en el alma.

En el colegio Salesiano es donde se hace compositor en los años 63 y 64, aparecen Luis Alberto Osorio, Jorge Villamil, este último muy allegado a la casa. Una de las primeras canciones que se le quedó fue ‘el Ruiseñor’, de Alberto Osorio.

Unos años más adelante aparece ‘Alma del Huila’, doña Gilma Fierro de Arango su maestra de primero de primaria en la Valvanera, les presenta a los niños a Alberto Osorio, con el Alma del Huila y Río Neiva que es para él una canción sagrada.

Ya en el colegio Salesiano, José Miller Trujillo, recibe toda la influencia de la formación salesiana con teatro, la literatura y la música. “En toda institución salesiana, además de la formación académica, espiritual y humana, están el deporte y el arte”, menciona.

No en vano la frase de don Bosco; “Tristeza y melancolía, lejos de la casa mía”, que luego se transformó en; “toda casa salesiana sin música es como un cuerpo sin alma”, frase que fue acogida para los pueblos referentes a las bandas; todo pueblo sin banda es como un pueblo sin alma.

Antes que compositor, Miller pudo haber sido actor de teatro o televisión, hizo teatro, zarzuela, hizo comedia, drama. Sus compañeros de tablas fueron Rodrigo Lara Bonilla, que era buen actor y Jorge Lara que cantaba, recuerda.

Del teatro rememora que le daba pena hacer de malo, pero siempre lo ponían en ese papel. El padre Andrés Rosas, que fue el que les trajo los libros de filosofía, la música, el amor al Huila. Esas fueron influencias que lo marcaron, el Padre Rosas, que era italiano, el padre Miller, de origen alemán, a los que se sumó el Padre Escobar, que era paisa. “Me decía viejo maluco, usted tiene que hacer ese papel porque siempre lo hace bien”. Por eso lo encasillaron de malo, pero le daba pena.

“La música me encantó, vinieron los coros del colegio, cuando los coros fueron a Medellín no me llevaron porque me cambió la voz. Entro a los coros del conservatorio y tampoco me llevaron cuando fueron a grabar, hechos que me marcaron”, recuerda el huilense.

Tenía tres frustraciones que no lo llevaron a grabar en los coros tanto del colegio como del conservatorio y no poder tocar el tambor mayor de la banda del colegio, pero cantar y actuar sí.

Aprendió a escribir gracias al profesor de literatura, el Padre Acosta González. “Aprendí de poesía, las rimas, las coplas, los sonetos y hoy día existe el verso libre”, dice. Es cuando comienza a escribir, después viene la melodía, el ritmo, el golpe.

Siempre ha estado asociado al San Pedro, en 1972, el 18 de junio, hace 50 años, suena su primera canción en las emisoras, la primera que le grabaron los Tolimenses, que fue, ‘Que viva el san pedro y san juan’. “Se la entregué a Lizardo Díaz, me olvidé, y en junio me dice Miller, grabamos su canción. Me tocó correr por todas emisoras con los acetatos de la época para que sonara en las fiestas aquí en Neiva, con los amigos y fue la locura.”, comenta.

Los 50 años de vida artística

“Para los 50 años grabamos una versión con nuevos arreglos de ‘Que vivan el San Pedro y el San Juan’, en los estribillos, los coros, se extrajo el chiste original, utilicé a Abel Gualí con su hojita, hace presencia el hijuelapo Gustavo Córdoba de Campoalegre con el chiste en el intermedio y le cambiamos unas coplas, se le metió bombardino, trombón, clarinete, trompeta y se grabó con la técnica de hoy”, menciona.

“La otra canción que grabamos para el aniversario es ‘Guaitipan madre Gaitana’, que la compuse en el 84, estaba en Medellín. Vi a Pastrana inaugurando el monumento a la Gaitana y me dio nostalgia, me vine en octubre a Neiva, me inspiré a la orilla del río y la guardé, para sacarla al otro año”, confiesa el canatautor.

Está confirmado el estreno del arreglo Sinfónico de ‘Guatipán, Madre Gaitana’, el 15 de junio día del Huila.

El arreglo Sinfónico de ¡Que vivan San Pedro y San Juan! se hará, por bondad de Corposampedro, la noche del 28 de junio en el acto de elección de la reina departamental.

“Se iba a realizar en el acto de apertura, pero en la Secretaría de Cultura Municipal me negaron, de manera displicente y arrogante a la vez, los 4 minutos solicitados”, comenta José Miller Trujillo.

José Miller Trujillo, reconoce que una de sus mejores canciones es ‘Cuando retumban las tamboras’, que es un icono de las fiestas, pero lo encasillaron y considera que es mucho más que eso, tiene música de todos los géneros.

Otra de sus hijas, como llama a sus canciones, es ‘Amor de flauta y tambor’, que sonó en el Teatro Colón. “Es superior, es universal con sabor de la música de acá. Es el amor de la mujer a través de la flauta y el del hombre en el tambor”, explica Miller.

Menciona que le gustaría que se conocieran más temas como los que le compuso a Inés García de Duran, a “Inesita”, como le dice, y a Rumichaca.

Tiene como meta reivindicar el ‘Paloparao’, que es el golpe real que le dio el sustento a la rajaleña, con el fandanguillo como baile de esas coplas, con el que se daba el duelo con versos. El hombre y la mujer se enfrentaban en un duelo de versos con música y baile.

“El paloparao era desechado por la sociedad por su relación con el miembro viril. Pasó con el tango, que era música prohibida, al igual que el Jazz y el mismo vallenato”, menciona.

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