DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Galindo
Juan Carlos Poveda acaba de cumplir 51 años, por eso, con la experiencia y tranquilidad que da el tiempo, reflexiona sobre lo que ha sido su vida, la mayoría entregada al voleibol, su pasión, en la que se inició en 1984 en el Santa Librada, con el licenciado Armando Perdomo.
Es bachiller del mencionado colegio, licenciado en educación física de la Universidad Surcolombiana, con especialización en pedagogía y maestría en ciencias de la educación de la Universidad de la Amazonía.
De inmediato se vienen a su mente gran cantidad de imágenes, de frases, de momentos imborrables, algunos alegres y otros tristes, algo apenas natural, que nos comparte.
Recuerda que en 1985 se realizan en Neiva los II Juegos Santanderinos, colegios fundados en la época de Francisco de Paula Santander. El licenciado Avelino Tovar lo observó y lo llama la Preselección Huila Menores.
“Participo en mi primer torneo nacional en Itagüí, siendo Selección Huila Juvenil hasta 1989, cuando llegan nuevos desafíos”.
Como anécdota de esos primeros años en la actividad destaca que “en mi primer torneo 1985 el profesor Tovar me pide cargar los balones, pero me negué, porque quería jugar. En castigo no participé en ningún encuentro. Luego le expliqué la razón de mi negativa llorando. Lección: Debía ser humilde. Segunda lección: Era malito para jugar”, y se ríe.
Selección Colombia
Pero retrocede en el tiempo ara contar que en 1.986 fue convocado a la Preselección Colombia Menores, y entrenar con el licenciado Armando Bautista. En 1988 es Preselección Colombia Juvenil y va al Campeonato Suramericano que se realizó en Caracas – Venezuela.
Como muchos huilenses que no encuentran apoyo en la tierra, debió buscar otros horizontes y en ese propósito jugó con Risaralda, con esfuerzo.
“Vivía en Manizales y viajaba a Pereira a entrenar. Paso a Bogotá, donde vivo dos años, también en la práctica del deporte y entonces fui llamado a la preselección Colombia de Mayores. Fue una inmensa alegría, un sueño hecho realidad”.
Posteriormente su carrera como jugador lo lleva, los años 97 y 98 al Tolima. “Había regresado a Neiva, pero no había selecciones mayores, por lo que debí representar a los tolimenses dando resultados”.
Después debe regresar a Neiva y clasificar a los Juegos Nacionales de 2.000, en Boyacá, en donde con el profesor Josué Manchola son terceros. “Es la primera medalla en voleibol para el Huila en unos juegos nacionales”.
Su última participación como jugador es en 2004, Juegos Nacionales en Girardot, clasificando quintos. “Luego me retiro. Jugué 20 años a nivel competitivo, aproximadamente 500 partidos de orden nacional, siendo un jugador muy feliz”.
El entrenador
A medida que pasa su etapa competitiva, Poveda se fue encaminando su vida para ser entrenador.
Su primera experiencia en competencia es en los Juegos Nacionales de 2004, como asistente del profesor Josué Manchola. Luego es entrenador en propiedad de la Universidad Surcolombiana, durante 14 años, y en la Liga del Huila, 5 años.
Hace la transición a dirigente, es presidente de la Liga por 6 años: “Mucho aprendizaje en la dirigencia deportiva, se conoce todo tipo de personas y al final se decanta que tiene unos dos amigos en el voleibol”, manifiesta con asomo de pesar y nostalgia.
Con el escenario exclusivo para esta disciplina que se construye en Neiva, dice “se va a tener un sitio exclusivo para la Liga, eso es importante, ojalá así sea para todas las ligas del departamento”.
“En Colombia, muy arriba están Bolívar y Valle y muchos de sus jugadores (as) juegan en el exterior a nivel profesional. Se foguean en el exterior, eso genera una brecha brutal pues las demás ligas no tienen esa capacidad deportiva ni económica para contrarrestar esa superioridad. Luego está Antioquia que también tiene jugadores afuera del país. De ahí para abajo cualquier liga está pareja”, concluye
Tiene esposa hace 11 años, Sonia Carrillo; y dos hijas Mercy y Emma. La mayor de 21 años y la menor, de 5 meses de edad: “Son mi vida”
Ahora su vínculo con el voleibol se mantiene a través del club que lleva su nombre en el que se dedica a descubrir nuevos talentos para esta disciplina que ha sido parte fundamental en su vida.