Diario del Huila, Crónica
Por: Hernán Guillermo Galindo
Quindiano de corazón neivano, con 67 años, ha sido comentarista deportivo, narrador, conductor de programas de música campesina y humorista.
Juan de Jesús Beltrán Arévalo nació el 12 de julio de 1954 en Armenia. Hijo de Juan de Jesús y María Soledad, campesinos, quienes conformaron un hogar humilde al que llegaron 10 hijos.
“7 mujeres, 2 hombres y yo”, dice, haciendo gala del buen humor que caracteriza a ‘Jota Jota’, como es conocido.
Su niñez transcurrió en medio de necesidades, pero siempre ligado al estudio y al deporte. Era buen futbolista, por eso lo apodaron “Panchino”, “en alusión a un volante argentino que jugó en el Deportes Quindío”, comenta.
La primaria la cursó en la escuela Francisco de Paula Santander y el bachillerato en el colegio oficial Jesús María Ocampo, de la capital del Quindío.
Teología y radio
Posteriormente, ingresó al Seminario Mayor de Manizales para adelantar estudios de teología que lo convertirían en sacerdote. Uno de sus guías fue Libardo Ramírez, luego Monseñor, nacido en Garzón, recuerda.
Pero se quedó a mitad de camino porque pudo más la nueva afición en su vida, la radio. “Era mi pasión desde los tiempos de bachillerato, cuando, con un compañero de apellido Astaiza, transmitíamos los partidos entre profesores y alumnos, con una grabadora de las viejas, de teclas”, cometa y se ríe.
Pero antes de eso fue docente, varios años, de filosofía y de ética. En instituciones como el colegio Nuestra Señora del Rosario y en Valledupar, donde vivió breve tiempo.
En el año 1976, siendo muy joven, vino de paseo a Neiva donde los padrinos “doña Cecilia y don Julio Gómez, que me invitaron a unas cortas vacaciones”. Le gustó la ciudad y su gente.
En 1985, nueve años después, tras sacar la licencia de locución 4273, se da la oportunidad de retornar a Neiva y empieza su recorrido por los medios de comunicación, a vivir la magia de la radio, comenta J.J.
Compartir en familia es lo que más disfruta Jota Jota.
“Mi primera transmisión fue el 31 de octubre de ese año, en la Concha Acústica, para celebrar los 25 años de actividad del payaso Tabaquito, el viejo, el papá, en la emisora HJ Doble K”, enfatiza.
Así comienza una serie de experiencias en la locución, como transmitir fútbol, realizar espacios de música campesina, participar en festivales de San Pedro, entre otras.
“Del 86 al 88 trabajé en Radio Neiva con Javier Aragón como director y la gerencia del doctor Ernesto Jimeno Durán García. Hago un corto periplo por RCN y salgo para la emisora HJ Doble K, a hacer Despertar Labriego, durante 18 meses”, cuenta.
En el año 1993 llegó a RCN en donde estuvo hasta 1997 transmitiendo fútbol profesional, “y cuando el equipo desciende, decido no volver a ser empleado y hago sociedad con mi amigo de toda la vida Ciro Antonio Ruiz. Con él, trabajamos en Radio Súper, principalmente, durante más de diez años”.
Desde 2008 hasta la fecha es comentarista, narrador y director de deportes en Radio Surcolombiana.
“La radio moderna se volvió para los polifacéticos y, gracias a Dios, algunos tenemos esa facilidad por lo que he combinado la crónica deportiva con la realización de programas orientados al campo”, señala, con orgullo.
Y resume los espacios: Despertar Labriego; Por Campos y Veredas; Amanecer Huilense y Súper en el Campo.
El humor, otra faceta
J.J. es muy apreciado en los medios, por conocimiento, facilidad de expresión y compañerismo. Hacer amigos es lo suyo por la vena humorística, como buen paisa, que heredó del papá.
“Lo buscaban para contar chistes en las reuniones familiares o de amigos. El viejo, que era de Sonsón, tenía su cuento”, comenta, riendo.
El humor prefirió dejarlo para las tertulias con los amigos, para las reuniones sociales o de familia, aunque he hecho algunas presentaciones con público, y me fue muy bien, destaca, satisfecho.
“Ha sido un hobby agradable, pero no me enganché con el humor, aunque muchos me dicen que hay un talento inexplotado. Uno nunca sabe”, manifiesta, pensativo.
Asegura estar felizmente casado, hace 30 años, con una yaguareña, Milena López. “El día del matrimonio me dijeron que era el más feliz de la vida, claro, era el último como soltero”, comenta, con gracia y picardía.
Y añade que la señora le dijo que cuando celebren los 30 años de casados sí matan una gallina, “pero qué culpa tiene el animalito, le dije, la culpa es de un primo de ella que nos presentó en una fiesta…jajaja”.
Comparten con sus hijos, Soledad, que es comunicadora social y trabaja en Comfamiliar; Camilo, ingeniero de sistemas y trabaja en la alcaldía; y Andrés Felipe que estudia ingeniería de software.
Juan de Jesús Beltrán se considera un hombre feliz porque además tiene dos hermosos nietos, Martín Pablo e Isabelita, que son la alegría de la casa. “Me siento realizado porque trabajo en la profesión que me regaló Dios y me gusta, era lo que yo soñaba hacer en la vida”, concluye, de buen humor.
Con su señora y su compañero Luis Fernando Bedoya en el Plazas Alcid.
