DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Galindo
Fritos Duqui es una empresa familiar que produce y comercializa una nueva alternativa de pasabocas, “sin conservantes ni sabores artificiales”, asegura la gerente Tania Quintero.
Cuando era niña, en su natal Cali, Tania Quintero Rojas, jugaba comprando cosas, incluso, la mamá le enseñó a vender accesorios en la secundaria para tener ahorros, cuenta la ingeniera ambiental que hoy es gerente de la empresa familiar Fritos Duqui, ‘la alegría de compartir’. El hermano, Eimis, es el asesor comercial, y la mamá, Dubier, jefe de producción. Está ubicada en la zona industrial Porvenir de Palermo, Calle 17 A 6-58.
¿Cómo fue el principio del negocio?
Mi papá, Ernesto, siempre había tenido emprendimientos. Cuando llegó a Neiva vio la oportunidad de iniciar un negocio como sustento familiar. No le funcionó asociarse con otras personas. Luego se juntó con mi mamá y surgieron. Empezaron en la casa de mi abuela con sólo una estufa, paila, una mesa y una cicla donde salía a vender. Después invirtieron algo de capital en herramientas y en comprar un Renault 6 y salían a ofrecer por la ciudad.
¿Qué productos vendían?
El primer producto fue el plátano verde; el maduro no se hacía, siendo ellos los primeros en ofrecerlo. Luego sacaron la papa hasta unirlos todos y ofertar el mixto. La presentación era en bolsa transparente.
Despegue empresarial
¿Qué vino después?
Fue hace 6 años. Mis papás se separaron, entonces con mi mamá y mi hermano decidimos seguir adelante. Se creó la nueva razón social, Fritos Duqui. Ya teníamos clientes, accedimos a un crédito para comprar una freidora porque las pailas no daban abasto, y poco a poco se dieron cambios.
¿Cuál fue la innovación introducida por la nueva administración?
El apoyo económico, resultado de presentar un proyecto al Sena. El Fondo Emprender nos ayudó a la compra de maquinaria, a hacer las adecuaciones en la planta de producción, obtener el Registro Invima, tener nueva presentación, marca aceptada por la Superintendencia de Industria y Comercio. Y una línea gourmet dirigida a los restaurantes será otra innovación, como canastas, tostones y nachos de plátano.
¿Qué ofrece exactamente la empresa?
Producimos y comercializamos una nueva alternativa de pasabocas sin conservantes sin sabores artificiales como papás, platanitos verdes, platanitos maduros, mixto de tocineta y mix de chicharrón, más saludables, mayor contenido y a un precio asequible.
¿De qué le ha servido ser ingeniera ambiental?
Es una profesión con mucho campo de aplicación. Haciendo la tesis me di cuenta la cantidad de químicos que se les aplica a los cultivos para su manejo y cómo puede influir negativamente en el ambiente, en la salud de las personas. Por eso, más adelante me proyecto en cultivar nuestro propio plátano, libre de químicos.
¿Cómo han soportado el impacto de la pandemia y aislamientos?
Las ventas disminuyeron más del 50%. Al inicio nos paralizamos porque se cerró el comercio, pero luego vimos la oportunidad de la venta por redes sociales. Se hizo publicidad orgánica por Facebook aprovechando los grupos de venta que hay. Sacamos una salsa de la casa, de ajo, para impulsar las ventas y dar un valor agregado, que funcionó. También hicimos venta puerta a puerta desde septiembre.
¿Cómo asegura que son pasabocas fritos 100% naturales sin conservantes ni sabores artificiales?
Nuestro proceso, aunque ha mejorado, de ser artesanal a semi industria, mantiene la esencia, no cambia. El proceso de fritado es como el que se hace en casa y al final obtiene sus plátanos o papas fritas, sólo que la presentación es diferente, es más delgado. Lo que asegura su crocancia, sabor y duración es la calidad de los insumos utilizados, como el aceite, y la materia prima, como la papa o plátano, y la correcta temperatura.
¿Cómo lo explica cuando se piensa que los fritos son comida ‘chatarra’…?
No puedo decir que son saludables, pero sí más saludables que los convencionales, que en la etiqueta informan que llevan conservantes, sabores y colorizantes. Muchos de estos aditivos están prohibidos en otros países porque a largo plazo causan problemas a la salud de los consumidores. Me han llamado a ofrecerme agregados químicos, pero les respondo que no les aplicó nada de eso a nuestros productos.
¿Qué opina de la nueva reglamentación para la comercialización de la comida chatarra…?
Me parece una buena estrategia, que sea transparente el etiquetado de los productos así los consumidores sabrán que ingredientes y su contenido nutricional. Soy una de las que observo la etiqueta y de qué lugar proviene a la hora de comprar algo.
¿El producto tiene tabla nutricional…?
No ha sido posible obtenerla ya que tiene costos, pero estamos en ese proceso que nos ayudaría a mostrar claramente la diferencia frente a los pasabocas convencionales.
¿De dónde sale la materia prima?
La compra se hace directamente en Surabastos. Hemos intentado una compra más directa, pero debe ser en cantidades. En un futuro será así.
¿Este negocio es un proyecto de vida suyo?
Ahora puedo decir con toda seguridad que sí. Descubrí que me apasiona. Ya he aprendido muchas cosas, ha sido parte de mi formación como emprendedora y sé que lo voy a sacar adelante y que me veo creando más empresas y ayudando a otros.
¿Qué ilusión tiene hacia el futuro…?
Tener plantas de producción en las ciudades principales, con ventas a nivel nacional y exportando. Veo las grandes marcas como un ejemplo de lo que puedo lograr.