A sus 78 años, Armando Acosta, reside en Guatemala nos atendió para recordar su paso por los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, el fútbol profesional como jugador; su posición era la de arquero y como técnico y su nueva faceta de vida, formador de jugadores en categorías menores, trabajo que realiza en una franquicia con la Juventus de Italia. Son 18 años ya en territorio guatemalteco.
Armando “La coneja Acosta”, nació en Neiva en el barrio Calixto, a mediados del siglo pasado. Neiva apenas estaba en crecimiento y por aquellos tiempos lo único que había para distraerse era salir a jugar a la pelota con los vecinos.
“Para hablar de mis inicios hay que remitirse al siglo pasado, yo nací en el barrio Calixto en la calle séptima con diecisiete, en donde me nació la idea de jugar al fútbol, porque en el barrio no había más diversión que tres canchas de futbol; campo López y dos en Calixto. En las tardes salíamos a jugar y a compartir con grandes amigos con los que me inicié”, relató.
Con el paso del tiempo es convocado al primer campeonato nacional en la ciudad de Girardot a donde no pudo asistir, era el año 63 y “los arqueros de esa selección fueron Oswaldo Jara y Víctor Quiñonez”, recordó.
Al año siguiente participó en un torneo nacional en la ciudad de Barranquilla de donde sale la convocatoria de la Selección Colombia al mundial del 66. A la par comenzó su carrera como profesional en segunda división, primero en un equipo del barrio, luego el Deportivo Neiva de donde se forma el Deportivo Huila, con el que participaron en el primer torneo de reservas en el año 67.
Salto al fútbol profesional
En la memoria de Armando Acosta está el recuerdo de su paso al fútbol profesional en Millonarios, algo que le debe a Jaime Arroyave, “el loco o el pantalonudo”, que aún vive, está cerca a los cien años.
El trabajo con Millonarios es por tres años y pasa al Once Caldas, con una trayectoria también de tres años. Del Caldas pasa al Independiente Medellín en donde actúa por seis temporadas, ya luego vienen Quindío y Bucaramanga en donde termina su carrera como profesional, “fueron quince años, comentó la coneja.
Panamericanos y Olímpicos
Estando en Millonarios, es convocado a los Juegos Panamericanos del 71 en la ciudad de Cali y al año siguiente hace parte de la Selección Colombia que va a los Olímpicos de Múnich-72.
En el tema de los Olímpicos, hace caer en cuenta que no es el primer deportista del Huila en asistir a unos Olímpicos, “no soy el primero, ya que, en esos Juegos de Alemania, asistió Armando Acevedo, el ciclista nacido en Resinas límites con el Caquetá, el me acompañó en esa delegación”, recordó.
Los arqueros de la selección en esos olímpicos por Colombia eran Silvio Quintero, Antonio Rivas y Acosta. No tuvo la oportunidad de actuar en los partidos de la cita olímpica, en la que a Colombia le correspondió jugar con Polonia, Alemania y Ghana. Si actuó en juegos amistosos previos ya que estuvieron tres meses en Europa antes del torneo en Múnich.
El trago amargo de esa participación estuvo por cuenta del atentado del 5 de septiembre de 1972, “durante la segunda semana de los juegos olímpicos un comando del grupo terrorista palestino Septiembre Negro, secuestró y asesinó a los 11 miembros del equipo olímpico israelí y un policía. Eso fue justo un día antes de regresarnos”, añadió Armando Acosta.
El técnico
Una vez culmina su carrera como jugador, Armando Acosta sigue en el fútbol, pero incursiona como técnico, a nivel de empresas como en el Campestre, con Hocol, la Shell y Ecopetrol.
En el fútbol profesional, fue preparador de arqueros en la era de Alberto Rujana en el Atlético Huila y posteriormente es técnico titular por siete meses.
De esa experiencia destaca que le dejó una gran reflexión que comparte con estrategas como el propio Rujana o Fernando Pareja, “es más agradecido formar que competir, esto debido a que buena parte de la clase dirigente no entiende de fútbol, no saben que es un proceso, un programa, solo les interesa el resultado. Ese seguirá siendo el problema si seguimos con una clase dirigente que no se prepara”, dijo.
“A muchos no les gusta que hable así, pero lo hago porque afortunadamente llevo 60 años en el fútbol y así como los jugadores se preparan, los técnicos nos preparamos, lo deben hacer los dirigentes, pero en su gran mayoría solo les interesa el negocio del fútbol”
Finalmente recuerda que quien lo apodó la coneja por lo de sus dientes fue un compañero del barrio que ya murió, Jaime Rojas e insistió en los procesos, “no es lo mismo un jugador que ha pasado por todas las categorías, que va a suramericanos, panamericanos, olímpicos, eliminatorias mundialistas, mundiales que uno que como quieren hacer ahora lo convierten en figura de la noche a la mañana”, concluyó.
Con Armando queda la promesa de volver a dialogar porque tiene todo un legado y ante todo un anecdotario en su trayectoria como futbolista.
