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Los Girasoles, herencia familiar de colores, emociones y sentimientos

Dic 29, 2021

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Diario del Huila, Crónica

Por: Hernán Guillermo Galindo M

Rodrigo Serrato Suárez aprendió de sus padres el amor y conocimiento por las flores. Ingeniero Civil y pensionado se ilusiona con que sus hijos continúen en el negocio y con la tradición de más de 50 años.

Las flores siempre han estado presentes en la vida de Rodrigo Serrato Suárez. De niño las conoció y aprendió a amarlas en el negocio de sus padres, Luis Enrique y Resurrección Suárez, fundadores de las primeras floristerías en Neiva.

Eran los tiempos en que cursaba primaria en la escuela del barrio Mártires y luego el bachillerato en el colegio Santa Librada.

A la vez que estudiaba y crecía colaboraba en el negocio y aprendía de hacer ramos, arreglos, de la  venta y comercialización, cuenta.

“Los primeros pinitos en el oficio los hice mientras estudiaba, haciendo mandados, llevando arreglos, colaborando con domicilios, así  generaba recursos para mis gastos personales, lo del recreo y salir”, recuerda, con una sonrisa.

Con el tiempo ingresó a laborar de planta en el local de la mamá, la floristería La Orquídea, y es cuando se interesa de lleno en aprender de las flores.

Cómo hacer un arreglo; cuál es su uso y significado; las circunstancias en que se envían, cuáles son las apropiadas para cada ocasión, entre otros fundamentos.

Hubo un tiempo de la vida en que se alejó de ellas, cuando viajó a Bogotá a estudiar y hacerse profesional como ingeniero civil en la Universidad Nacional y después trabajar en la mina de El Cerrejón, en donde se pensionó.

“Pero siempre mantenía en mente las flores, tener mi propia floristería y una empresa llena de colores y aromas”, destaca.

Sueño cumplido

Con el paso de los años consiguió su propósito, se hizo realidad el sueño. Ya como adulto mayor atiende, junto a su esposa, Nohora Trujillo, su propia floristería, Los Girasoles, ubicada en donde además reside, en la carrera 2 calle 15-21, en el mismo barrio donde se crio.

Las flores son seres vivos que nos sirven para expresar sentimientos humanos, en cualquier condición y emoción, de amor por las personas o de dolor en los momentos de partida de un ser querido, explica.

“Son manifestación de amor, de agradecimiento, de amistad, de cariño, de pesar. Las flores son todo un mundo que, si se conocen bien, lo acercan a uno a Dios y al amor”, enfatiza.

Y es que Rodrigo siempre tuvo la convicción de entrar en este arte como un emprendimiento, “claro que en los tiempos de nosotros no se utilizaba esa palabra. Nuestros padres nos enseñaron fue a trabajar y echar para adelante”.

“Porque todo en la vida requiere sacrificio, esfuerzo, responsabilidad y honestidad”, sostiene con convicción.

Por eso, espera que sus hijos, Natalia, Cristian y Tito, continúen adelante, no dejen acabar el conocimiento y la tradición de más de 50 años que iniciaron los padres y alargaron él y su señora.

Comenta que hace años las flores se traían todas de Bogotá, pero en el Huila ya hay cultivos de  exóticas, muy apetecidas en el mercado nacional.

“Recibimos de siembras en Gigante, Rivera o Guadalupe. Todas son hermosas. Son maravillosas las heliconias, el emperador, girasoles y las rosas, muy apetecidas”, cuenta, dejándose llevar por la imaginación y la emoción.

Con el paso de los años se ha ido actualizando en el arreglo y diseño para distintas ocasiones de día madres, amor y amistad, noviazgos, funerarias coronas.

“Se piden y llevan diferentes tipo de arreglos, la gente sigue expresando los sentimientos con flores, es una tradición que nunca pasará de moda. Aunque en el presente haya otras alternativas, las flores nunca serán remplazadas ni igualadas al momento de manifestar emociones y estremecimientos”, asegura, convencido.

Los costos de las flores se incrementan dependiendo de las fechas de celebración, época del año y la oferta de los cultivos.

Actualmente alternan en dos campos los arreglos. Unos con flores naturales y otros con artificiales, lo que los ha movido a incursionar y aprender de ese nuevo escenario de demanda.

Legado que perdure

“Nos va muy bien gracias a Dios. Ante todo me siento orgulloso de seguir el legado de la familia, de mi mamá. La profesión me dejó una pensión y las flores me dan una inmensa pasión”, agrega.

“Si todos supiéramos que la espiritualidad, el amor y el aprecio se manifiestan con las flores, la vida sería aún más maravillosa…la rosa roja expresa amor, cariño, aprecio y agradecimiento. Hay flores para cada ocasión”, reitera.

Y aprovecha para decirles a las nuevas generaciones, incluidos los miembros de la familia, a que “se atrevan a ser emprendedores y ante todo que no dejen acabar los negocios que iniciaron sus abuelos y sus padres, que sigan la tradición”.

Finalmente, Rodrigo, de 64 años, insiste en que el negocio de las flores es muy bendecido, por eso seguirá muchos años más con la floristería Los Girasoles en la carrera 2 No – 15-51 “siempre pendientes de servir”.

Rodrigo atiende con su señora la floristería que fundo con su familia.

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