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Luis Eduardo, el del cholado y el copito de nieve

Jun 11, 2021

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DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA

Por: Hernán Galindo

A Luis Eduardo López Bolaños un hombre de 62 años de edad lo encontramos en el parque Santander de Neiva en una mañana soleada en la que el calor invita a tomar un refresco. Nació en Morelia en el departamento del Caquetá, pero sus padres se trasladaron a Neiva en donde desde muy pequeño aprendió la disciplina y la entrega al trabajo.

“Mis padres se vienen para Neiva a trabajar en un puesto en la antigua galería central, la que fue demolida, recuerda. Junto a ellos comenzamos a trabajar desde pequeños y por eso lo del estudio fue poco. Estudié hasta tercero de primaria, pero con eso me defiendo para lo de los negocios”, comenta.

Luis Eduardo continúa contando que a los 17 años se fue a la Ciudad de Cali en donde aprendió del negocio del cholado, de la lulada, del raspado. “Tenía 17 años, conocí a mi mujer, Gloria Córdoba. Nos fuimos para la capital del Valle de donde es oriunda y es uno de mis cuñados el que me enseña cómo es este negocio. Me gustó y son ya 44 años trabajando en esto de lo que sobrevivo Gracias a Dios”, dice

Es agradecido con Dios, con la vida. Junto a Gloria, construyó una familia con cuatro hijos; Andrés Eduardo, Luisa, Lucerito y Edward. “El mayor ya es profesional y trabaja independiente, los otros están estudiando siempre he vivido de este negocio que es sagrado, gracias a Dios con esto sobrevivo, reitera.

El carro que ayudó a diseñar y construir llama la atención a primera vista.

Diferencia del cholado, la lulada y el raspado

Frente al carro que ha acondicionado con lujo de detalles por lo que llama la atención. Tiene calcomanías de colores en los laterales, el frente con una decoración alusiva a las frutas que dan el sabor a sus productos, con una especie de bodega metálica en donde guarda el hielo y las esencias con las que saboriza los raspados, Luis Eduardo habla con propiedad sobre la diferencia de las bebidas que se consumen en Cali y las que prefieren los neivanos o los clientes en esta ciudad.

“La diferencia del raspado y el cholado que hacemos nosotros es que el cholado lleva frutas y el raspado sencillo se hace con hielo, los tres sabores, limón y la lechera que corona el copito de nieve como se le llama aquí”, agrega.

Para este experto como dice en el tema de los raspados y los cholados, otra de las diferencias entre en el producto que se prepara en el Valle está en la miel que en el caso de allá se hace de frutas. Aquí los tres sabores se preparan con esencias de frutas.

“El raspado lleva tres sabores: Naranja, mora y fresa, se le agrega limón y lechera. La base es el hielo raspado que también lo fabricamos nosotros. Aquí no pega mucho lo del cholado por lo que no consideré vender. En Neiva se vende raspado y limonada lo de cholado muy poco la gente no está tan acostumbrada. En el valle la gente come cholado y la lulada qué es otra de las bebidas preferidas allá”, indica.

Sobre el carro que llama la atención, por su diseño, por sus colores, dice que se tiene que armar. “Uno lo tiene que armar, se compra el triciclo, la máquina. Otra parte el cajón también se manda a hacer aparte y se va Armando. Yo he armado varios carritos, la gente se enamora y si me ofrecen lo que valen los vendo.

La máquina que hace el raspado es la clave, está la fabrican en Cali, las llaves se compran en Bogotá, Cali o Medellín. Lo llamativo depende de cómo se decore y en el caso particular yo le agrego techo y un radio para escuchar música”, relata

Agrega que este carro no lo vende porque el señor que los fabrica le avisó que no va a trabajar más. Don Floro se retira, tiene 83 años y decidió retirarse. “Así que el carro ahora es el cariño verdadero; ni se compra ni se vende”, agrega con gracia y se ríe.

Se quedó en Neiva por tranquilidad

Bolaños decidió quedarse en Neiva tras regresar para un San Pedro hace siete años. “La pasé muy bien, me gustó y me quedé. Se vende menos, pero se vive más tranquilo, cuenta con seguridad. Trabaja en el parque Santander siempre que los dejen, dice y agrega que vende entre $80 Mil y $100 Mil pesos diarios en jornadas que inicia a las 9 y 30 de la mañana y culmina a las 5 o 6 de la tarde.

“Lo que más consume la gente es el copito de nieve, pero también se vende limonada que es muy apetecida especialmente los días de alta temperatura como hoy”, añade y sigue ofreciendo sus productos.

 

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