DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL
Por: Rolando Monje Gómez
Fotografías: Suministradas
Aunque ya han pasado diez años desde que Nubia Monje Medina dejó la Secretaría de Cultura Departamental para disfrutar de su pensión, sin embargo, el tiempo no ha sido impedimento para que la gestión que adelantó, por espacio de 17 años, por el arte y la cultura del departamento se haya olvidado. El Museo que tanto soñó lo sacó adelante, lamentablemente hoy está algo olvidado. Esta es su historia.
“Durante mis años de juventud en Pitalito había muchos artistas en formación como Wilson Díaz, Mario Ayerbe, Óscar Danilo Vargas, Jerome Valbuena, entre otros, con quienes nos íbamos a ver pintar al maestro Antonio Valencia, él es el autor del mosaico que hay en la entrada a la Gobernación del Huila. Él nos daba unas cátedras de historia del arte mientras pintaba y ahí se formó un grupo interesante. Más adelante, por sugerencia del maestro Valencia y de Héctor Polanía, que era un mecenas que ayudó a muchos artistas a que se formarán dentro y fuera del país, me dijeron que abriera una galería de arte. Fue una experiencia fantástica, así entré de lleno al mundo del arte, una de las experiencias más bellas que me ha dado la vida”, así recordó Nubia Monje Medina sus inicios en el mundo del arte y la cultura en el departamento.
Nacida en La Plata, la segunda de cinco hermanos del hogar de don Teodoro Monje Cabrera y doña Pola Medina de Monje. En este municipio vivió sus primeros años, hasta quinto de primaria. “Tuve la infancia más feliz rodeada de mis hermanos y quince primos, mi familia era toda una fiesta. Teníamos un tío torero, Orlando Medina que es profesor, y hacía corridas para que los sobrinos lo vieran. Mi mamá le hacía el capote y en la finca de mi abuelo semestralmente teníamos una jornada de toros”, recuerda con alegría.
Nubia ha sido siempre una mujer muy de familia, para ella su papá ha sido la persona más importante de su vida, “él me dio muchas herramientas para ser feliz, fui su consentida. No alcanzó a conocer el Museo de Arte Moderno del Huila, pero a él le dediqué una exposición, ‘Mujeres en ventana’ que realicé en el Banco de la República”, comenta.
A su madre la recuerda como la líder de la familia, la que llamaba al orden, “es una mujer fuerte, a ella le debo mucho de mi personalidad, hacía política partidista, por ella conocí a mi esposo”, expresa.
Su vena artística no es casualidad, pues su familia era muy musical. “Me crie entre artistas, mi abuela pintaba los telones del Corpus Christi, era una artista empírica; mi papá interpretaba la guitarra, el tiple y la bandola y tenía una voz maravillosa, con mi tío Juan Monje, en Neiva, hacían parte de la cuerda del maestro Jorge Villamil, eran muy amigos. Nosotros cantamos pero como afición”, recuerda Nubia.
Luego de terminar su primaria en La Plata su familia se trasladó a Pitalito donde inició el bachillerato, primero en el Departamental y luego por ‘inquietos’, junto a su hermano y otros compañeros, fueron trasladados al Nacional, un colegio con una filosofía nueva para la época, donde estudió con el maestro Mario Ayerbe. “En esa época hacia mis cositas pero realmente me formé en la Universidad Surcolombiana cuando nos vinimos a Neiva, desplazados por la violencia, ya casada”.
Rumbo a la cultura
Ya en Neiva, de la mano de Jaime Lozada Perdomo entró a la Secretaría Departamental de Cultura, donde estuvo por espacio de 17 años hasta que salió pensionada. Allí se abrió el panorama cultural para ella, al mismo tiempo adelantaba sus estudios de artes visuales en la Usco y desde esa época estaba convencida que el Huila necesitaba un museo. Después de graduarse inició una especialización en proyectos de desarrollo social y su tesis de grado fue la creación del Museo de Arte Contemporáneo del Huila, MACH. Ahí comenzó a hacer realidad su sueño.
Durante las administraciones de Rodrigo Villalba y Juan Cárdenas, acogieron la idea que comenzó a andar, hasta su creación en 2003, pero nunca le dieron independencia sino que quedó como un apéndice de la Secretaría de Cultura. “Me dediqué al museo desde el 98, cuando empecé la especialización, hasta que me nombraron Secretaría de Cultura en el 2009, en ese tiempo todo se hacía alrededor del museo”, afirma.
Nubia Monje manejaba excelentes relaciones con entidades y museos a nivel nacional, aún hoy conserva muchas de ellas, por lo que el museo era un espacio hecho con ganas. “Tuvimos diplomados en investigación para el arte, al maestro Omar Rayo, quien estaba exponiendo en Neiva cuando murió; Darío Ortiz, muchos de los grandes artistas vinieron por cuenta propia, con mucha generosidad, Carlos Salas, expusimos obras de Nadín Ospina, Ricardo Borrero Álvarez, era un espacio único”, resume.
“El museo es un espacio público, no una entidad privada y hoy está muy descuidado, lastimosamente, por lo que aspiro y espero que cuando lleguen otros personajes renazca como el ave fénix, porque en este momento está en stand bye. También, en esa época se creó la Sala ‘José Eustasio Rivera’, una sala espectacular hoy lamentablemente abandonada, sorprendentemente en París tienen una Cátedra Riveriana y en Neiva, ni siquiera somos capaces de conservar una salita”, afirma.
Durante su tiempo como Secretaría de Cultura recuerda que se hicieron muchas cosas y en este momento le duelen cosas como que no se haya continuado el proceso cultural que traía el departamento. “Estuvimos en España presentándonos ante la reina Sofía donde entregamos una muestra representativa del Huila, fue algo emocionante. Fuimos a Alemania y firmamos convenios con muchas instituciones europeas”, comenta Nubia Monje.
Considera que al Huila le hace falta gente capacitada para que el departamento sea visible culturalmente. Extraña las tertulias en la Emisora Cultural con Leo Cabrera, María Ruth Arboleda, Yesid Morales, “eso no era trabajo, era un goce”.
La familia es todo
Desde su retiro se dedicó a la pintura, a los ensambles, “tengo un grupo de artistas con los que trabajamos delicioso y me fui a hacer un curso de ganadería, amo la cocina, el jardín. Fui promotora cultural a nivel nacional hoy soy más artista, estoy dedicada a mi trabajo, a presentar proyectos”, comenta.
Además aprovecha su tiempo para lo más importante, su familia. Nubia está casada hace 47 años con el abogado Mario Murcia. “El día que Mario me conoció le dijo al papá ‘e presentó a la mujer que va a ser mi esposa, la madre de mis hijos’, yo quedé sorprendida pues lo acaba de conocer, tenía solo 16 años”, recuerda Nubia.
“Él nunca me impidió brillar con luz propia, ha sido el principal bastión para mi carrera y siempre me ha dado fuerza para seguir adelante, somos padres de cuatro hijos y dos nietos. Todos son bellos en todos los aspectos, amorosos, inteligentes, y vuelan. Mi familia es de una sensibilidad enorme, me respetan, me valoran y la unidad familiar está por encima de todo”, expresó.
Finalmente, Nubia Monje, una mujer que durante su vida al servicio de lo público, abrió las puertas del arte y la cultura a los huilenses, que llevó a Colombia al otro lado del mundo, donde todavía nos recuerdan. “Quisiera que me recordaran como una persona generosa, alegre, que hizo cosas por su departamento, que hizo país. A mí me pagaron para hacer lo que me gustaba”, afirma Nubia Monje Medina, la hija consentida de don Teodoro y que aprendió de doña ‘Polita’ a ser guerrera, y de esa forma sacó adelante su sueño: un museo para el Huila.