Diario del Huila, Crónica
Por: Hernán Guillermo Galindo M
Alexis Díaz Marín debió abandonar su Neiva del alma por amenazas contra su vida y la de su familia. Vive en Freehold, New Jersey a pocos kilómetros de New york en donde persigue el sueño americano, con la misión de servir a Dios predicando su palabra.
José Alexis Díaz Marín, nació en el barrio Quebraditas, hoy Diego de Ospina. Sus padres Abimael, un conductor asalariado y María del Carmen Marín que lavaba ropa ajena, criaron en medio de dificultades a siete hijos, María de los Milagros, Teresa Marleny, José Abimael, Abrahán, Carlos Arturo, le sigo yo y la menor Janeth, comenta Alexis recordando a su familia.
“Los recuerdos de la niñez son las de un niño muy pobre que vivía feliz detrás de una pelota, el fútbol, fue su primera gran pasión.
“En el barrio vivía un señor Abrahán Fernández promotor deportivo de un equipo muy popular en Neiva en los 80 y los 90, el Olimpia, hacían las reuniones y yo al igual que todos los niños de mi edad nos juntábamos a ver y a escuchar”. Eso lo acerco al futbol, iban a jugar al plan que es donde queda la terminal de transportes de Neiva, miraban primero si había humareda, refiriéndose a consumidores que ya desafortunadamente existían, se pasaban el río del oro por unas piedras y jugaban en el amplio lugar.
Estudio en la escuela Diego de Ospina la primaria luego en el Inem parte del bachillerato, fue selección del colegio en donde jugaba de volante, antes era puntero por el influjo de Abimael su hermano mayor. Pasó luego por el nocturno Joaquín García Borrero, Francisco de paula Santander y terminó en el Manuel Asencio Tello que quedaba en donde está el Liceo Santa librada. “inicia español y literatura, tenía preatenciones de escribir, Luego hubo un intento de estudiar derecho, pero tocó abandonar para trabajar”, recuerda.
Frente al New York Times como una especie de premonición.
Finalmente, estudia teología que está homologada actualmente por un instituto de Miami, tiene licencia pastoral, se crió en un hogar cristiano, le quedó la semilla, “los ardores de la sangre juvenil, lo llevan a otros caminos, pero ahora en la edad madura entendió que la misión que Dios le dio es predicar su palabra, en el plan de salvación para el hombre”, sostiene.
El paso por la radio y el periodismo
“Un poco la frustración de no alcanzar a ser futbolista profesional a pesar de ser selección Huila, lo llevan a la radio. Estuvo en el equipo de la universidad Surcolombiana, fue preselección de los juegos del 80 con Virgilio puerto Polanco, había mucho talento y no se alcanzó a clasificar.
Recuerda a Robinson Castañeda, Mike Carvajal, El pollo plazas julio Borrero Gil, el mono Ríos entre otros, eran muy buenos por eso en alguna oportunidad con mi amigo Wellington Puentes, me acerco a la radio.
Me llevó donde Nelson Puentes Lozano, me fueron metiendo, el coordinador era William Gutiérrez, como anécdota en una ronda de comentarios, de pronto, Nelson pide la figura, yo dije que Mauricio Lerma, al final me dijo muy bien siga viniendo”, cuenta.
“Yo comencé de una vez al micrófono, lo que incomodó a algunos cronistas de la época, estaba en tercer semestre de mi carrera, de lingüística, vino el paso de muchas emisoras, RCN, Caracol y durante 30 años fui locutor comercial y de noticias.
Me gustó mucho la crónica, lo felicito por revivir un género que ya pocos quieren tocar. Hace tres años terminé como narrador de radio Surcolombiana con JJ. Beltrán, siempre lo que más me gustaba era narrar, pero lo que mejor hice fue el comentario”, sostiene.
Viaje a Estados Unidos
“Hoy soy un convencido que la vocación fue el periodismo, la ilusión fue el fútbol, pero el propósito desde el vientre de mi madre es servir a Cristo, aquí en Estados Unidos, espero proyectarme en un ministerio cristiano evangelístico en este país a donde me tocó venirme buscando mejores oportunidades para mi familia y para mí. Amenazas contra mi vida y la de mi familia, aceleró mi venida dejando mi patria querida que añoro tanto”, afirma.
“Llegar a suelo americano es un choque cultural muy fuerte, se trabaja en muchos oficios, como lavar platos, construcción, jardinería, haciendo limpieza, empacando productos, aquí no lo esperan a uno con un micrófono o un computador para hacer periodismo.
Me vine casi sin asimilar la realidad, la estoy asumiendo, las luchas han sido muy duras, con ratos de soledad, de aislamiento, de adaptarme a hacer oficios que no imaginé me tocaría hacer, labores que derivan el sustento de mi familia, buscando llegar algún día a la radio, estoy mejorando el inglés que es básico para poder mejorar en lo laboral”, relata.
“Me acompaña Luz Helena Molina Hernández, una mujer luchadora, una guerrera sin su compañía o cariño ya habría renunciado, junto a mi hijo Abi Shimón que tiene la condición de Asperger, que es como una estación de autismo.
Tiene ventajas para su tratamiento y educación, cuenta con un equipo interdisciplinario que lo atiende, estudia con otros niños de su misma condición, ellos aprenden más lento, pero desarrollan otras inteligencias múltiples, le encantan los sistemas.
Tenía que hacer dos años de inglés para ser promocionado, lo hizo en tres meses, le encanta el francés, el japones, el chino, el diseño, la pintura, ojalá podamos direccionarlo frente a esta condición”, refiere.
“A mi gente de Neiva que los extraño, que no hay nada más placentero que salir un sábado en chanclas a comerse un tamal en la cuadra, aquí no existe lo de jugar al fútbol y luego departir con los amigos.
En este país todos viven para trabajar cuando se debería trabajar para vivir. Ojalá pueda Dios me redireccione algún día para volver a mi tierra, a hacer periodismo y predicar la palabra de DIOS”, concluye.
Con su señora y su hijo luchan por adaptarse y salir adelante.
