DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por Hernán Guillermo Galindo M
Consuelo Vargas Quintero es una mujer de tez blanca, tranquila y de buenas maneras a la hora de atender en su venta de productos naturales y medicina alternativa ‘Polen y Miel’ en el centro de la capital del Huila.
Consuelo Vargas Quintero, tiene los mejores recuerdos de su infancia en el seno de una familia muy numerosa, fueron 14 hermanos de los cuales ya fallecieron cuatro. Su padre; Rodolfo Vargas Quintero vivió 86 años y enviudó estando relativamente joven, pues su esposa murió a los 37 años.
Consuelo tenía entonces 11 años, y dice que nunca les puso una madrastra. “Mi padre siempre se dedicó a atender un parqueadero del que vivió y con el que siempre estuvo atento y luchó mucho para sacarnos adelante”, menciona.
Consuelo estudio hasta noveno grado en instituciones como el Oliverio Lara y luego en el nocturno. Después se dedicó a trabajar, comenzó haciendo reemplazos, hasta quedarse de manera definitiva en la labor que desarrolla actualmente ya como socia y propietaria en un almacén de medicamentos naturistas y alternativos.
La medicina alternativa la llamó a los 19 años en momentos en los que comenzó a laborar en un negocio dentro de las instalaciones del antiguo Almacenes YEP en la carrera Quinta en el centro de Neiva.
“Dentro del almacén había un punto de una tienda naturista y una niña me dijo que si le hacía las vacaciones, eran dos horas diarias, me prestaron los libros para estudiar los productos, para capacitarme, le fui cogiendo el hilo y me gustó”, cuenta.
“Pasé de dos horas a cuatro horas, seguí haciendo las vacaciones y otros reemplazos, eso fue en los años 80, tiempo desde el que estoy con este tema de la tienda naturista. Son 40 años de trabajo constante”, agrega.
Siempre ha trabajado en esa línea de lo naturista y la medicina alternativa. “Desde que me encarrilé me gustó y me quedé toda mi vida laboral en esto, gracias a Dios ahora como socia y propietaria en este negocio que adquirimos con mi esposo”, comenta.
Tiene claro que todos los días hay que prepararse y aprender más. “Uno nunca aprende lo suficiente, se trata de adquirir mejores conocimientos cada día, uno trata de mejorar. Gracias a Dios le he cogido mucho el ritmo a mi trabajo, tengo muchos clientes que me dicen, mire el remedio que me dio, me sirvió y eso para mí es muy gratificante”.
Consuelo Vargas Quintero, es una mujer agradecida, recuerda con especial cariño a su primera y única patrona, Luz Ángela de Yepes, la esposa de uno de los fundadores de Amacenes YEP, quien fue la que la abrió el camino a lo que es y tiene hoy día.
“Ella fue la que nos metió en el negocio, nos enseñó y en el momento de cerrar almacenes YEP, fuimos los primeros opcionados para quedarnos con el punto de venta de medicina alternativa”, cuenta.
Son propietarios con su esposo Eduardo Ramírez, pensionado de almacenes YEP. “Nos conocimos en el almacén desde que yo empecé a trabajar, y nos formalizamos hace casi 40 años”, rememora.
Tienen dos hijos ya profesionales, el mayor Eduardo Ramírez de 39 años y el menor Rubén Darío de 31, son independientes y trabajan cada quien, en su profesión como ingenieros industriales.
El gancho para el negocio
Consuelo vuelve a lo del negocio, dice que se enamoró de él al ver los resultados de los productos que vende. “Los medicamentos naturales, aunque se demoran un poco más en hacer efecto no hacen daño alguno al organismo. Además, tienen a favor la poca o mala calidad de los medicamentos que entregan las EPS, y eso cuando los entregan”, comenta.
“La gente pide de todo un poco a la hora de llevar medicina alternativa, sin embargo, los medicamentos más solicitados son los que se formulan para las enfermedades artríticas, los problemas óseos. En esos casos lo recomendable y lo que más piden son los colágenos, el magnesio, todo lo necesario para fortalecer el sistema óseo”, recalca.
Una de las sorpresas que les dejó la pandemia fue que, aunque tuvieron que cerrar por tres meses, la clientela siguió fiel y les compraba a domicilio, lo que les mermó la afectación en las ventas.
Tanto Consuelo como su esposo Carlos tienen claro que deben estar al día con todos los registros y las exigencias del INVIMA, por lo que trabajan con laboratorios debidamente constituidos tanto nacionales como extranjeros y también con todo en regla. Esto es garantía de calidad en lo que se entrega al cliente.
“Hemos recibido las visitas de la Secretaría de Salud tanto municipal como departamental y nunca hemos recibido siquiera un llamado de atención”, comenta Consuelo.
Vamos terminando la visita a la tienda naturista ‘Polen y Miel’ ubicado en la calle 10 con carrera 6 # 6-15, en donde esta pareja que se conoció hace 40 años y los unió el amor y el trabajo, los esperan para atenderlos.