Comer empandas es algo típico en Neiva y en Colombia, las hay de muchas presentaciones y rellenos, pero que le ofrezcan empanadas que representen los sabores de Colombia es una novedad que entregan en su emprendimiento “Raca Mandaca”, dos Jóvenes profesionales que se propusieron sacar adelante esta iniciativa gastronómica.
La cita es en las horas de la tarde en el barrio Sevilla de Neiva, en la calle 22 # 5a-48, en donde dos jóvenes mujeres profesionales decidieron unir esfuerzos para sacar adelante un emprendimiento que están llevando a la producción industrial.
María del Mar Medina Ávila, es quien decide contar la historia de ella y de su prima, de cómo decidieron emprender una nueva propuesta de empanadas y otras delicias gastronómicas.
“Nací en Bogotá, pero desde la edad de los cinco años vivo en Neiva, soy psicóloga de 26 años, estudié mi primaria en la escuela Jorge Eliseo Cabrera del barrio La Libertad, y el bachillerato lo realicé en el Gimnasio Moderno del barrio El Jardín, para luego hacerme psicóloga de la Universidad Surcolombiana”, cuenta.
De su infancia tiene los mejores recuerdos con su mamá que fue docente un tiempo en Apiecito. “Vivir en el campo es de lo mejor que le puede pasar a uno, todo el mundo es servicial, fue una experiencia que recuerdo con cariño. Luego en Neiva tuve una infancia feliz, con problemas económicos y familiares, pero nada que no se pudiera solucionar y superar, como en muchas familias, siempre con el deseo y el esfuerzo de salir adelante”, agrega.
Lo de las empanadas se le quedó en la mente desde niña, por su papá que siempre ha sido independiente y tuvo fábrica de empanadas en Bogotá. Su papá se llama Faiver Medina y su mamá Esperanza Ávila, viven actualmente en La Ulloa, ella como docente y él administra un balneario.
Lo de la sociedad con la prima
“Siempre he tenido la idea de ser independiente, cada día se complican muchas cosas por lo económico y por eso hay que abrirse espacios. Con mi prima, María Fernanda Bautista, que es contadora, dijimos vamos a hacer algo que quede para nosotros, que nos ayude a salir adelante, olvidarnos de emplearnos o ser contratistas, vamos a enfocar todo el esfuerzo a este negocio que se llama Raca Mandaca”, sostiene.
“Este emprendimiento, tiene como principal función la producción de empanadas con los sabores típicos de Colombia, entonces encuentran; la empanada paisa, la Andina, la llanera, la opita o la costeña y otros sabores típicos de las regiones”, comenta.
Retorna a como su papá trabajaba las empanadas convencionales y junto al papá de su prima y socia les enseñaron el proceso. “Nosotras le agregamos el plus de que las personas pudieran vivir la experiencia de probar estos sabores típicos de Colombia, trajimos platos típicos de todas las regiones y fuimos perfeccionando hasta que adaptamos las empanadas a esos sabores”, continua.
Sobre los costos, oscilan entre $3.500 pesos y los $4.500 pesos, la de los rellenos más costosos como las caribeñas, que tienen camarones, quienes tienen la posibilidad de probarlas quedan encantados con los sabores y con los precios.
Desde el mes de diciembre del año pasado están en el barrio Sevilla, al tomar la decisión de hacer una producción de tipo industrial. “Por ahora son cuatro personas las que laboran, dos realmente en lo de la producción, pero en la medida que crezcan pueden aumentar, atendemos de lunes a sábado de 8:30 de la mañana a 9:30 de la noche”, informa.
“Nuestro proceso de producción se destaca por ser industrial brindando de esta manera a los clientes calidad y eficacia en la entrega de los productos. Atendemos pedidos empresariales, sociales y familiares Pedidos al 312 453 4607, estamos Ubicados en la calle 22 # 5a-48 barrio Sevilla”, reitera.
La primera semilla
Los recursos para comenzar este emprendimiento, los consiguieron a través del beneficio del Fondo Emprender y con préstamos para seguir creciendo que es el propósito, relata mientras reflexiona María del Mar en torno al nombre que decidieron colocarle a la empresa. “Miramos que fuera algo distinto y llamativo, hasta que llegamos a Raca Mandaca que quiere decir lo máximo, algo que es lo mejor y así se ha pegado tanto en la gente que viene como en quienes nos conocen a través de las redes en Facebook o en Instagram, como Raca Mandaca”.
Es la historia de dos emprendedoras contada por una de ellas, María del Mar Medina, una psicóloga que comparte su vida con su pareja desde hace tres años, Julián Tafur, un licenciado en Educación Física y su pequeño bebé Mateo Tafur de diez meses, que es como el motor de todo este esfuerzo.