DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Guillermo Galindo M
El conflicto armado que ha vivido Colombia durante más de 50 años ha dejado un sin número de personas con múltiples secuelas como haber sido victimas del secuestro, la extorsión y las amenazas. Muchos de ellos, periodistas como el caso de Carlos Mora Collazos debieron ir al exilio para preservar sus vidas y las de sus familias. Estas son sus reflexiones contadas a Diario del Huila.
Carlos Mora Collazos a sus 62 años, mira hacia atrás y recuerda su natal Cali, sus primeros años de vida en los que se destaca el desafortunado hecho de a los pocos días de nacido haber sufrido quemaduras en su cara por un accidente con una veladora que prendió fuego al toldillo con el que su progenitora lo pretendía protegerlo de los zancudos.
Esto lo lleva a dar sus primeros pasos en el Hospital Universitario de Cali en donde le realizaron una serie de cirugías, pero ante todo le salvaron la vida. “Soy muy creyente y desde entonces pienso que, Dios me dio la oportunidad de vivir”, dice.
Los primeros años de estudio fueron en la escuela Contador del municipio de Pitalito, a donde se trasladaron sus padres, “Daniel Mora y Aura Rosa Collazos, ya en brazos del Creador, de esa familia solo me queda mi hermano Favio”, sostiene Carlos, y agrega que vivieron también en Florencia, Paujil y La Montañita en el departamento del Caquetá.
Es en Florencia en donde termina su bachillerato en la Escuela Industrial, a la par era buen futbolista que formó parte de la selección Caquetá campeona de los primeros juegos de los llamados territorios nacionales en aquella época, estuvo a punto de ser fichado para el fútbol profesional por el Deportes Tolima, pero una lesión del cruzado lateral de su pierna derecha le trunca esa ilusión de ser futbolista profesional.
Pero es el fútbol, el que le abre el camino a los medios de comunicación, Fernando Bahamón Molina un narrador que lo entrevistaba cuando era jugador, vio en él cualidades para el comentario y lo llevó a trabajar en su grupo de transmisiones.
Carlos Mora Collazos tenía aspiraciones de llegar más lejos y se va a Bogotá a estudiar en principio locución en la academia Arco y luego se hace profesional del periodismo en la Universidad de la Sabana.
Los primeros años y el exilio
Mora Collazos hace una carrera meteórica en los medios, comienza en Florencia, con la Voz de la Selva, pasa por RCN y otros medios en el vecino departamento. Las situaciones de la violencia que se vivían, lo obligan a buscar otros rumbos y es cuando da un salto a Neiva a donde llegó a Caracol para hacer unas vacaciones del entonces director de noticias, Jorge Parga Vanegas. “Me invitaron a hacer las vacaciones de Parga y gracias a Dios me fue tan bien que me quedé, inicialmente como periodista deportivo y luego pasé al periodismo general”, manifiesta.
Mora Collazos con ese tono pausado que le conocemos desde siempre en la radio cuando tuvimos la oportunidad de compartir, sigue escarbando en sus recuerdos y tras hacer un recuento de su paso por las emisoras de Neiva en donde fue director de noticias de RCN, del Sistema AS de Edgar Artunduaga y Radio Neiva entre otras, responde al llamado de su vocación y pasa a la prensa.
En los inicios cuenta que llega al Diario del Huila, como redactor deportivo y a manera de anécdota, le tocó hacerle una entrevista a Jean Carlos Centeno, el cantante del Binomio de Oro que reemplazó a Rafael Orozco y le fue tan mal que nunca se publicó”, recuerda y ríe.
La parte amarga de la historia para Carlos Mora Collazos llega cuando como periodista de prensa va a cubrir los diálogos de paz en San Vicente del Caguán en el gobierno de Andrés Pastrana. Es cuando se presentan hechos que marcaron el conflicto en esta región, como el secuestro del avión de Aires con el presidente de la comisión de paz, el senador huilense Jorge Eduardo Gechen, la toma del edificio Miraflores en Neiva y la casa bomba en Villa Magdalena, para citar algunos.
“Se rompen los diálogos de paz y se recrudece el conflicto y como estuve varios meses en San Vicente del Caguán, hice contactos con varias fuentes que me pedía el Estado revelara y a la par las FARC, me declaran objetivo militar por, según ellos, ser informante del Ejército, me decían que era paramilitar”, indica el periodista caleño.
“Esto desata una serie de amenazas y seguimientos que culminan con un atentado en la vía Natagaima -Neiva y eso me hace pensar en buscar otro tipo de protección, y es cuando acudo al asilo y paso a ser exiliado, de esto ya hace 14 años”, narra Carlos Mora.
“Es muy duro, porque significa dejar todo atrás, la tierra, la familia, los amigos, pero gracias a Dios con la ayuda de mi esposa, Doris que ya está en la gloria de Dios y de mis hijos, ya tengo un nuevo país, soy ciudadano canadiense y trabajo para una multinacional en el área de comunicación organizacional”, agrega.
Finalmente se muestra muy agradecido con los amigos, especialmente con el colega Melquisedec Torres que le brindó apoyo moral y laboral en los meses que duró el trámite del asilo en Canadá.
Destacado
“Hice contactos con varias fuentes que me pedía el Estado revelara y a la par las FARC, me declaran objetivo militar por, según ellos, ser informante del Ejército, me decían que era paramilitar”.