DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Guillermo Galindo M
Dayana Díaz Tavera y su compañero Yiovanny Eslava, se dedican a rescatar no solo gatos y perros, sino que se han propuesto retornar a sus vidas a personas en condición de calle. Por motivos de salud de Dayana llegaron a Neiva en donde esperan contactarse con personas y fundaciones que como ellos, tiendan una mano al servicio de los demás.
Dayana Díaz, es una mujer que, a sus 38 años, decidió trasladarse a vivir a Neiva por motivos de salud, pues el clima se presta para que pueda todos los días hacer terapia en piscina.
Desde muy pequeña aprendió de su abuela Ema Rincón a ser generosa, le regalaba lo de sus onces a los habitantes de calle y a manera de anécdota, recuerda que esa niña, le decía a la abuela que la llevara al palacio de gobierno para decirle al presidente, que les diera una casita a los perritos. La abuela la llevaba, pero como era lógico, no había una manera directa para obtener una respuesta.
Lo de la vocación de servicio viene de casa; “mis papás, mis tíos, entre todos, han ayudado a varios jóvenes a pagar los estudios para llegar a ser profesionales, siempre nos hemos tendido las manos unos con otros, somos solidarios y siempre hemos estado ayudando también a los animalitos en condición de abandono, perros, gatos, siempre, estamos ayudando”, relata Dayana.
Los padres se trasladaron para Puente Nacional, Santander, también por temas de clima, pero para ella ese clima aún sigue siendo frío y para ellos Neiva es muy caliente.
Rescatista en pareja
Con quien es su compañero de viaje y de rescate, Yiovanny Eslava, se conoció cuando tenía 14 años y él 17, se dejaron de ver 22 años, pero cuando se reencontraron fue flechazo y a los nueve meses se casaron y como pareja comparten el deseo de ayudar a otros.
Dayana estudió Cine, y aunque no ha ejercido su carrera, sí le ha servido para lograr que los periodistas en distintos medios le colaboren en su labor de rescate y acción social.
Su esposo es profesional en Marketing y actualmente trabaja con una fundación que ofrece maestrías y doctorados. Ella, entre tanto, comenzó de cero su carrera para ser docente. “Toca vivir de algo”, dice.
Actualmente, tienen un joven en un centro de rehabilitación en Bogotá, con un final feliz, dejó la calle y de delinquir, para rehabilitarse del todo. Así mismo, le ayudan a otros tres muchachos para financiar sus estudios.
En la labor que realizan los acompaña Salomé, la pequeña hija de ocho años de Yovanny que es ahora de los dos, “ella es la que lleva la comidita para los habitantes de calle. En Bogotá llenábamos la camioneta con comida y salíamos a entregarla, mientras tanto, la niña llevaba una bolsa con comida para perros y también les entregaba regalitos a los niños, regalos que ella misma arma”, recuerda Dayana.
Llegan a Neiva
Llevan un poco más de seis meses en Neiva a donde llegaron por una oferta de vivienda que les pareció atractiva y por la necesidad en el tema de salud para Dayana de cambiar de clima.
“Buscando una posibilidad de compra de vivienda en una ciudad con el clima apropiado para mi situación de salud, apareció esta bella ciudad y no dudamos, nos vinimos y compramos, creo que es como un premio que nos dio Dios por la labor que hemos venido realizando”, indica la cineasta.
En Neiva ya iniciaron con la labor social frente al habitante de calle, con jóvenes en condición de adicción y se preparan desde ya para el Día del Niño, ya comenzaron a recoger regalos, por ahora se enfocan en el apoyo que puedan recibir de las personas y esperan de igual manera apoyar las fundaciones de rescate animal.
Dayana refiere, cómo durante un mes acompañaron a una habitante de calle que encontraron en muy mal estado, lograron hospitalizarla y que esté en un proceso de recuperación y rehabilitación.
“Rescatamos una habitante de calle que tuvimos en el hospital de Canaima, fue una labor difícil, pero gracias a Dios encontramos respuestas y ayudas. No tenía cédula, EPS, nos la querían sacar a los tres días. El gerente de la ESE, conoció el caso y nos tendió la mano, al igual que la trabajadora social, que es un ángel, y las practicantes de la San Pedro Claver, todos dieron una mano”, sostiene la voluntaria.
“Actualmente, esta joven se recupera en una fundación en Ibagué y esperamos trasladarla a Bogotá, una vez supere el tema de la abstinencia, lo que pasa es que, en Bogotá, toca pagar y ahí está la dificultad”, comenta Dayana.
Mientras tanto la pareja continúa el proceso de adaptarse en Neiva, “mi esposo justo se quedó sin trabajo cuando nos trasladamos y hasta ahora volvió a conseguir qué hacer y vamos a poder llevar esa niña a una fundación en Bogotá”, dice al tiempo que recuerda que los pueden contactar como Corazón cedritos en Facebook y en el WhatsApp 300 2145621, para seguir en esa labor como rescatistas.
