DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Mónica Serrano
Los sueños de Sergio Andrés quedaron estancados hace año y medio cuando fue víctima de una bala perdida en el barrio Galindo norte de Neiva, el accidente le generó cuadriplejia completa impidiéndole volver a caminar.
Este hecho tan lamentable le dio un giro inesperado a la vida de este neivano de 26 años de edad, quien es padre, compañero, hermano y le tocó vestirse sin previo aviso, de guerrero.
Se describe así mismo como un luchador, en una batalla que para él apenas inicia, ya que entre las caídas y terapias ha descubierto una fuerza que desconocía y un optimismo que lo impulsa a seguir adelante.
“En ese tiempo me encontraba trabajando recolectando café en Baraya, y un fin de semana regresé a Neiva a festejar el San Pedro, a la 7:15 a.m. el 28 de junio del 2020, una persona le disparó a otra la cual estaba cerca y lastimosamente la bala me impactó en mi paleta izquierda y me atravesó la columna lo que me produjo una cuadriplejia completa”, relata Sergio.
Su diagnóstico también le marcó la vida a su familia, quienes son el regalo más valioso para Sergio, por el apoyo y compañía que le brindan incondicional, pero, en muchas ocasiones se sienten impotentes por lo que debe enfrentar; su hija de tan solo 8 años en medio de su inocencia y de lágrimas le reclama a la vida lo que le sucedió a su papá, “para Sarita ha sido muy difícil porque cuando le tocan el tema siempre se pone muy sensible y llora peguntándose ¿por qué a mi papá le pasó esto?”, contó la madre de Sarita.
“Hay momentos en los que no quiero vivir”
Entre nostalgia y voz entrecortada Sergio narra que ningún ser humano puede llegar a entender qué es tener una cuadriplejia completa, querer hacer cualquier tarea cotidiana como ir a la ducha en las mañanas ya se vuelve un impedimento y debe depender de alguien más: “la vida le cambia a uno totalmente, de poder movilizarse al 100% y de un momento a otro ser dependiente, nadie se espera que le pase una situación de estas, hay momentos duros en los que no quiero vivir, pero Dios me ha dado la fuerza de seguir adelante”, dice Sergio.
Una luz de esperanza
Seis meses de haber ocurrido el accidente, en compañía de su expareja y su hija, su apoyo incondicional, buscaron alternativas que le devolvieran la esperanza y no quebrara sus ilusiones de volver a caminar, fue así como encontraron la clínica especializada con los mejores diagnósticos ubicada en la ciudad de Cali.
Allí nació la idea de crear una página en Facebook, nominada “Sergio Andrés Bermeo, un Guerrero de La Vida”, con el fin de buscar el apoyo de los buenos corazones para recolectar fondos a través de diferentes actividades y de poder realizarse el anhelado tratamiento.
“Gracias a Dios y a todas las personas que al principio conocieron mi estado, tuve una bastante colaboración y logre viajar a la ciudad de Cali a realizarme el tratamiento, y ahora luego de año y medio estoy mucho mejor puedo mover mis manos; hasta puedo ya utilizar el celular”.
“Me la rebusco de todas las formas”
Los primeros meses solo pensaba en volver a caminar, pero sus pensamientos cambiaron, hoy se concentra en buscar su felicidad aceptando su vida.
Actualmente, con una sonrisa de esperanza Sergio trata se sobrellevar su situación, con el apoyo de sus padres puede tener el sustento diario como la comida y vivienda, pero, los gastos adicionales así deseen apórtale, les queda muy difícil. Sin embargo, pese a su condición este neivano trabaja para conseguir su propio dinero desarrollado rifas y otras actividades.
El accidente no sólo le marco la vida a Sergio, también le permitió valorar más el existir, apreciar los momentos y las personas, le ha enseñado el valor de ser un hombre más racional y le ha despertado esa ansiedad de vivir cada momento al máximo. Pensamientos, que quizás antes de estar en su actual situación no los sentía de la misma manera.
En el trascurso de estos 18 meses Sergio conoció quienes son esos seres incondicionales, personas que en las situaciones de crisis no dan la espalda. En su caso está la familia y sus “amigos” que le dan esa luz de esperanza para que pueda continuar con su vida normal y seguir disfrutando de cosas tan simples como un par de cervezas y olvidar por un instante su cuadriplejia.
“Mis amigos se toman la tarea recogerme y vamos a tomarnos unas cervezas, y cuando pasa mucho tiempo dos de ellos que han teniendo mucha empatía, en un par de ocasiones me han cambiado hasta el pañal. Gracias a ellos me la paso más afuera que encerrado en casa”, cuenta con alegría.
Esta es la historia de Sergio Andrés Bermeo, quien nunca llegó a imaginar que ir a celebrar esa alborada en el norte de la ciudad, lo obligaría a dejar de lado muchas cosas y a ver la vida desde una perspectiva diferente.
Convencido siempre de que mañana las cosas irán mejor, se aferra al motor de su vida, su familia y entre respiros saca el coraje y le grita a la vida que “no está muerto quien pelea”.