DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL
Por Rolando Monje Gómez
Fotografías: Tatiana Ramírez
Silvia Maritza Yunda es reconocida en la ciudad por los múltiples roles que ha desempeñado en su vida, desde reina de reina por decreto, candidata del Huila en Cartagena, la comunicadora amable y comprometida, pero sobre todo la mujer entregada a su familia y a su hijo. Ella es una mujer fuera de concurso.
“A los 13 años era una mujer muy alta, había jugado basquetbol desde siempre, y un día Margie de Muñoz, la esposa del alcalde de la época le propuso a mis papás ser Señorita Neiva y de una dijeron que sí.
“El Sanjuanero lo aprendí a bailar a los cuatro años, con el maestro Humberto Garzón, pero ya como candidata bailé con Édgar Valenzuela, el popular ‘Chacatán’. Aunque habían invitado a cuatro candidatas finalmente me nombraron por decreto y representando a Neiva me coronaron Reina Departamental del Bambuco. El día de la coronación me hice vendar el tobillo porque yo no quería ser reina, me llevaron cargada para todos lados y esa noche ni bailé y con todo me eligieron. Mi edecán en esa época era Rodrigo Villalba Mosquera, que en esa época era tesorero de Neiva.
“’Chacatán’, bailaba también a la candidata de Atlántico, a la que yo le enseñé a bailar pero ella fue la que ganó, entre comillas. El día de la elección, Diario del Huila publicó ‘Después de 20 años el Huila recupera la corona’, salió eso y a las once de la mañana estaban en mi habitación Jorge Villamil, Inés García de Durán, Pina Vanegas, entre otros y me dijeron “mamita no se vaya a ilusionar que usted no va a ser la reina, no puede ser la reina”. La noche de la coronación Álvaro Sánchez Silva, que era el gobernador, me entregó un decreto donde me declaraban Reina de Reinas, me dijeron que quedaba fuera de concurso”.
Así recuerda sus años como reina, siendo muy niña, Silvia Maritza Yunda Charry, hoy una reconocida periodista de la región, y que aunque muchos no sabían que alguna vez había sido reina, los que vivieron en esa época aún la reconocen y se lo hacen saber.
Silvia Maritza hoy tiene 55 años. Nació en Neiva, en el hogar integrado por doña Cecilia Charry y don Abraham Yunda. Mi mamá viene de una familia de Garzón, era hija del Notario del municipio. Mi papá es de Tarqui, de una humilde campesina, mi abuelo era inspector de policía y la guerrilla lo mató y la familia tuvo que salir de la finca, viajaron inicialmente a Hobo y luego se radicaron en Neiva”, comenta.
“En un San Pedro mi madre viajó a Neiva y conoció a mi papá. se casaron a los 29 días, era el primer año que se celebraban las festividades sampedrinas en la capital, duraron 54 años de casados”, afirma Silvia.
De esa unión relámpago nacieron tres hijos, donde Silvia Maritza es la única mujer, es la del medio. Recuerda que el ambiente familiar era espectacular, eran muy rumberos. “Como mis papás se casaron en pleno San Pedro siempre había celebración y ellos con sus ahorros poco a poco montaron un almacén y fábrica de muebles, Yuner que fue muy conocido en la ciudad de Neiva”.
Por el hecho de ser la única mujer sus hermanos vivían muy pendientes de ella, eran muy celosos y “ellos tenían la responsabilidad de cuidarme”.
Los primeros años
Nuestra ‘Reina de reinas’ hizo su primaria en el colegio de los esposos Pino, el Liceo Huilense, ya en el bachillerato llegó al colegio La Presentación pero se graduó en el ITRE, instituciones donde siempre practicó el baloncesto.
“Cambié de colegio porque no me entendí con la hermana Ana del Calvario y mi papá tampoco entonces terminé en el ITRE donde no asistí a la graduación porque esta coincidió con mi preparación para Cartagena”, recuerda.
“Yo mido 1:70 de estatura y en esa época vivía muy entregada al basquetbol y fuimos campeonas en los dos colegios, viajamos a muchas ciudades a jugar”, nos comenta.
Rumbo a Cartagena
Luego de su participación en el Reinado del Bambuco fue escogida por la Corporación del Festival, que era la que se encargaba de seleccionar la candidata del Huila al Concurso Nacional de Belleza en Cartagena.
“Tenía recién cumplidos los 16 años, que los celebré en Barranquilla, aunque ya la edad mínima era 18 años. En ese año ganó Susana Caldas que era la favorita de todos, yo no clasifiqué dentro de las finalistas pero mojé mucha prensa”, recuerda.
Para Silvia Maritza su experiencia en Cartagena fue maravillosa, que disfrutaron en familia. “La comitiva eran como veinte personas y yo era la última que terminaba la rumba, pero siempre cumplí con las actividades2.
Aunque no clasificó tuvo la suerte que la primera princesa del evento de ese año renunció y doña Teresa Pizarro, mirando los puntajes, se dio cuenta que ella había sido la sexta, por lo que la invitación a participar en Miss Internacional en Tokio fue para la candidata del Huila, Silvia Maritza Yunda Charry.
De la ingeniería a la comunicación
Al terminar el bachillerato quería ser ingeniera agrícola y como asistente hizo un semestre en la Universidad Surcolombiana, pero a su papá no le pareció que esa fuera profesión para una mujer y después de mucho mirar entró al Externado a comunicación social.
“Mi primer trabajo fue en la Asamblea de Cundinamarca y en un receso me vine a Neiva y comencé a trabajar en Radio Surcolombiana y aquí me quedé, luego pasé a la Contraloría Departamental con Jaime Lozada. He sido más comunicadora organizacional que periodista pero en los pocos años trabajé muchos temas”, indica.
Afirma que a diferencia de las reinas de hoy, a ella no le interesaba trabajar en medios, y si lo hizo fue por darles gusto a sus papás y así trataba de ser feliz, pero reconoce que le gusta el campo, es ciento por ciento ambientalista.
El amor, el amor
Hoy, ya con sus 55 años, reconoce que el amor de su vida fue Francisco Eladio Vargas Motta, “ya estábamos comprometidos pero desafortunadamente falleció antes, nunca después he tenido una relación así”, afirma.
Trabajando con Liliana Gutiérrez, con quien abrió la primera agencia de publicidad en el departamento y trabajaron por algo más de cinco años maravillosos, por esa época conoció al que se convertiría en el papá de su único hijo, “el gran amor de mi vida que ya tiene veinte años. John Méndez Yunda, es mi motor que hace que me levante todos los días, mi misión es hacer a mi hijo profesional”.
Hoy Silvia Maritza puede que no tenga ese espectacular cuerpo que cautivó a más de uno en sus años de juventud y que la llevaron a ser reina de belleza, pero aún tiene esos rasgos exóticos que tanto impresionaron a más de un admirador para la época, pero lo único que quiere de la vida es seguir siendo feliz.
Ella es una mujer muy familiar, hoy ya sin su madre que partió hace unos años, es la mujer de la casa, la que vive pendiente de su padre, sus hermanos y por supuesto de su hijo.
“No me he arrepentido de absolutamente nada en mi vida y como me gustaría que me recordaran como lo que soy, una mujer humilde, honesta y berraca”, afirma finalmente.