Diario del Huila

Viviendo una lucha diaria con una enfermedad terminal

Oct 7, 2021

Diario del Huila Inicio 5 DH Crónica 5 Viviendo una lucha diaria con una enfermedad terminal

Diario del Huila, Crónica
Por: Hernán Guillermo Galindo

Nelly Dominga Asceneth Ángel Torres es una profesional y docente que batalla contra la leucemia en la Unidad de Cancerología de Neiva. Su terapia es pintar cuadros que exhibirá mañana en una galería especial del Hospital.

Nelly Dominga Asceneth Ángel Torres nació en Masaya, Nicaragua. Tiene 62 años de edad. Su madre era nicaragüense y su papá colombiano. A los 4 años la familia la trajeron a Colombia para no irse nunca del país.

Aquí estudió y terminó su carrera de psicopedagogía. Luego fue docente hasta pensionarse hace pocos años.

Llegaron inicialmente a Medellín, después vivieron en Villavicencio, en la Costa Caribe y finalmente llegaron a vivir en Ibagué, en donde estudió parte de la secundaria. Fue en Bogotá donde aprendió sicopedagogía en la Universidad Pedagógica Nacional, cuenta, con alegría.

“Mi mamá se quedó atrapada en Colombia, decía ella, por ser extranjera. Y nosotros, como hijos suyos, pudimos nacionalizarnos como colombianos al cumplir los 18 años de edad. Mi padre, que era funcionario de la UNESCO, nos abandonó junto con tres hermanos más. Ella murió hace un año”, relata, con tristeza.

Cuando el papá los abandonó, Dominga tenía 9 años de edad. Una hermana es docente, otra optómetra y otro hermano, hombre, está en la cárcel.

“Era el director de deportes de Ibagué cuando el escándalo de los escenarios de los Juegos Nacionales. Ha sido un infortunio familiar, que ojalá pronto termine”, dice, con cara de pesar y preocupación.

Al terminar la carrera, concursó para los colegios Inem y pasó como profesora. La nombran en el Inem de Neiva, Julián Motta Salas, en donde fue maestra durante buena parte de su vida. Desde 1984, pues se pensionó hace un poco más de 4 años.

Nelly Dominga con la que llama su familia, el personal de la unidad que la atiende en su lucha contra la Leucemia.

Sobre su pareja responde que le salieron parecidos a su papá, “de los que salen y se van”. No se amarga por eso, pues se queda con lo positivo de la relación, sus dos hijos.

“El mayor ya falleció y me queda el menor, Nicolás, que actualmente trabaja en Guayaquil, Ecuador. Estuvo acompañándome desde que me diagnosticaron la leucemia hace tres años. No se podía quedar acompañándome, postrada en una cama. Yo misma le dije: Vete a trabajar, haz tu vida, pero vivimos en contacto permanente”, agrega.

La leucemia

La aparición de la leucemia fue como llegan todas las enfermedades en la vida.

Comenzó con unas manchas de sangre en la piel y el detonante fue cuando se le cayó una muela. “Me quedé mueca”, fue lo primero que dijo. Y fue a ver al odontólogo que le hizo el tratamiento. Pero como le seguían sangrando las encías le recomendó ir al médico para mirar qué pasaba.

“¿Ya hospitalizada, el doctor me dice, tú sabes que tienes? Le contesto que anemia. Y de una me responde: lo que usted tiene es cáncer en la sangre. Yo no tengo eso le respondo. Sí, las plaquetas están en cero. Y me ratifica esta enfermedad con la que vengo luchando ya hace casi tres años”, afirma, casi resignada.

La lucha implica tratamientos permanentes. Producto de las bajas defensas vienen otras patologías. Le dio tuberculosis y al entrar permanentemente a cuidados intensivos ha adquirido bacterias “al punto que ya les digo mis amigas las bacterias”, manifiesta y sonríe con timidez.

Ha debido soportar muchas crisis con el mal que llegó desde finales de 2018. “Uno estando aquí, en condición difícil, se le empiezan a morir la esperanza y la fuerza de voluntad, todo se va perdiendo”, señala.

La pintura

“Por eso, le dije a mi hijo: necesito hacer algo, ocuparme, estar activa, y entonces le propuse que me comprara elementos parar pintar. El arte se ha convertido en parte de la terapia. Pinto cuando estoy en lo más difícil de las crisis, cuando me altero. Las terapias son muy dolorosas. Y curioso, por el contrario, cuando estoy calmada, no me llega la inspiración”, piensa.

Le preguntamos si ha pensado en pedir que le aceleren la manera de morir, una eutanasia y de inmediato responde que no lo ha pensado, no lo contempla.

“Nunca, uno se aferra a la vida. Yo me aferro a vivir, pero sí hay momentos muy difíciles. Yo le digo a la doctora, a veces, ya como que no más, que estoy agotada, pero después le digo seguimos adelante”, afirma con guapeza.

Estuvo en Bogotá esperando un trasplante de médula, pero se regresó por el trato. “Les reclamé: ustedes acá me entregan en una bolsa blanca. Y renuncié al tratamiento”.

Acá, comenta, la tratan con amor. El personal de salud se ha convertido en su familia, “son mi familia”. Se refiere a los profesionales que atienden la Unidad de Cancerología del Hospital Universitario de Neiva.

Nelly Dominga Ángel pinta paisajes que expondrá este viernes en una galería improvisada en la Unidad de Cancerología del Hospital de Neiva, desde las nueve de la mañana.
El producido de la venta de los cuadros será donado para los niños que viven y padecen esta enfermedad y que están recluidos en un pabellón especial en el Hospital General de Neiva.

 

Pinturas que expondrá Nelly Dominga y cuya venta se destinará para los niños de la Unidad pediátrica de Cancerología.

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?