Diario del Huila, Crónica
Por: Hernán Guillermo Galindo M
Un hombre humilde y servicial que ha dedicado la vida al trabajo gremial, a colaborar en asociaciones de veedores, padres de familia y al Consejo Departamental de Planeación.
Calidad humana, liderazgo, compromiso, humildad, servicio social y sentido comunitario son las palabras que mejor definen a Zoilo Chaux Jaramillo, según comentan amigos y conocidos que lo distinguen tras los varios años de acompañarlo y verlo trabajar en diversas asociaciones y agremiaciones con el propósito de ayudar al bienestar general.
Nació en Garzón, en el hogar de Zoilo Chaux Cuéllar, trabajador del Ministerio de Obras Públicas, de donde se pensionó, y Julia, que atendía el hogar en el que se criaron nueve hijos.
“Es una persona, un ser humano, siempre con disposición de colaborar y satisfacer las necesidades de otro. Con una gran vocación de servicio, con sentido de la solidaridad y un accionar desinteresado”, lo define Sara Torres.
Los primeros años de vida del pequeño Zoilo en la Capital Diocesana los pasó en el barrio Nazareth, después, en El Obrero y El Carmel, en una casa que le adjudicaron a su padre en el desaparecido Instituto de Crédito Territorial.
Los estudios los cursó en la Escuela Central de Varones, en Garzón, y el bachillerato en el colegio Simón Bolívar. De esa época de estudiante recuerda especialmente la decisión de casarse, siendo muy joven, “con una dama muy hermosa, Estela López Casanova”.
Era el año 1970. Él tenía 17 años y ella 15. A manera de anécdota cuenta que el suegro, cuando se enteró de la decisión de los muchachos, prohibió a todos los de la casa ir al matrimonio. “Quien vaya debe salir de una vez con ropa y todo. Porque no vuelve a entrar”, manifiesta, riendo.
Para completar, los amigos, que veían la ´locura´ que cometían, “nos decían que íbamos hacer era la primera comunión. Y pensar que llevamos 51 años casados. Juntos, en las buenas y en las malas”, afirma, con visible orgullo el hombre de baja estatura, ojos claros, piel blanca, buen conversador y, sobretodo, amable y servicial con la gente.
De la unión, nacieron cuatro hijos, Juan Carlos, fallecido hace 18 años, confiesa, con profundo dolor y tristeza porque no ha podido superar la pérdida.
Se quedó con tres lindas niñas: Myriam Estela, Olga Ximena y Patricia. Y en reemplazo del joven que se adelantó en el camino, la familia ha recibido tres nietos.
“Lady Carolina, Carlos Andrés, ingeniero de petróleos y Félix Andrés, el único colombiano que está en Shanghái terminando un doctorado que se ganó por su capacidad intelectual”, expresa con satisfacción.
La familia es el pilar fundamental de Zoilo Chaux.
Trabajo y servicio
De su nutrida y larga vida de trabajo y servicio social, Zoilo empieza por contar que laborando como administrador de la plaza de mercado de Garzón le propusieron trabajar en la Asociación de Microempresarios del Huila.
“No tenía idea de qué era, pero insistieron y me nombraron Secretario Ejecutivo. Ya son 27 años luchando en estas actividades de tipo gremial”. En el año 1995 ayudó a crear la Asociación de Empresarios Unidos de la Microempresa, Asomeun.
Se pensionó en la gobernación del Huila después de pasar por varios cargos en las Secretarías de Hacienda y Fomento Agropecuario. En 1980 fue alcalde de Teruel por designación del gobernador Álvaro Sánchez Silva, auditor de la Contraloría Departamental y asistente de la Asamblea 8 años, “fueron tiempos muy productivos y agradables”.
Destaca haber contribuido a constituir veedurías al transporte escolar, el Programa de Alimentación Escolar, en salud, a Corposanpedro, a la Secretaría de Cultura, entre otras, con el firme propósito de vigilar el transparente destino de los recursos públicos y el éxito de los programas, enfatiza.
Asociación de padres
Uno de los perfiles más destacados de Zoilo son las organizaciones que ayudó a constituir en su labor social y gremial como la Asociación de Padres de Familia de los Colegios Públicos y Privados.
“El proceso lo iniciamos en el 1998 con Carlos Ballesteros, Chaves del Valle y padres de familia de Risaralda, entre otros”, recuerda.
“No ha sido fácil porque en estas asociaciones no se gana un peso y, por el contrario, se ganan problemas y dificultades. Hace años hemos estado buscando quién nos reemplace porque viene el desgaste y es tiempo de dar espacio a que las nuevas generaciones asuman el liderazgo de asuntos tan necesarios para la comunidad”, confiesa.
En cuanto a la microempresa responde que es distinto porque se generan recursos que sirven para los gastos a través de actividades. La organización es una de las pocas veces en que un microempresario no es trabajador de la asociación, se presta es una asesoría. Cada quien hace sus vueltas, explica.
Zoilo Chaux, que vive en el barro Cámbulos, piensa y expresa que en el inmediato futuro estará consintiendo los nietos, en compañía de la señora, las hijas y el primer bisnieto, “que es lo más lindo que tengo, Juan Carlos Silva Conde, el soporte de toda la familia”, concluye la historia de un hombre sencillo y luchador, declarado creyente de Dios, “quien es el camino y guía de nuestras vidas”.
Son 51 años de feliz matrimonio, dice este líder gremial.
