DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL
Por: Rolando Monje Gómez
Fotografías: Suministradas
Los que conocen a María Margarita Díaz saben de su sencillez y de su carisma, una mujer muy entregada a ayudar, pero sobre todo dedicada a lo más importante de su vida, su familia. Ese siempre fue el sueño de su vida y sí que lo ha hecho realidad, por eso hoy afirma que es una mujer completamente feliz, al lado de Manuel, ese muchacho del que se enamoró, a primera vista, cuando solo tenía 15 años y con el que ya tiene 26 años de casados y cuatro hijos.
“Soy humilde de espíritu, es algo para mí supremamente importante, yo no soy más que nadie, soy igual que cualquier otro cristiano y no merezco más que los demás, soy una vieja ‘berraca’ que creo la ‘mejor empresa’ del mundo: mi familia”, así se define María Margarita Díaz Restrepo, que aun siendo profesional, prefirió dejarlo todo de lado por hacer realidad su sueño, tener una familia, ser ama de casa y hoy afirma con total orgullo, que es una mujer completamente feliz.
María Margarita nació en Neiva, el 27 de febrero 1976 confiesa sin temor alguno. Sus padres son Jorge Enrique Díaz Oliveros, agricultor y Tulia Restrepo, ama de casa. “Mi mamá siempre estuvo con nosotros, tuve la fortuna de tenerla permanentemente, tuve una vida en familia muy feliz”, comenta.
La única mujer, segunda entre sus hermanos Jorge Enrique Díaz y los gemelos Álvaro y Mario y el menor Juan José. De sus años de infancia recuerda que como su papá estaba dedicado al campo, cada ocho días iban a la finca, “no precisamente a trabajar, nos bañábamos en el río, montábamos a caballo”, recuerda.
Sus primeros años de colegio los pasó en el Montessori, luego pasó a La Presentación y cuando abrieron el Yumaná se pasó allí, es alumna fundadora, donde se graduó de bachillerato con tan solo 16 años.
Como bachiller quiso viajar a Bogotá a estudiar, pero su papá se opuso inicialmente dándole otras opciones para hacer en Neiva, sin embargo, ella se inscribió para estudiar Ingeniería de Producción Agroindustrial, ya con la orden de matrícula en la mano, don Jorge finalmente aceptó.
Sin embargo, en el primer semestre Margarita se dio cuenta que esa no era la carrera y al año siguiente se matriculó en la Universidad de la Sabana para estudiar derecho, de la que con algunos tropiezos finalmente se graduó.
“Ingresé a derecho en La Sabana y en el primer año me casé, tenía solo 17 años. Ya estando en cuarto año a mi esposo, uno de sus hermanos le comenta que están en desarrollo de un proyecto y le gustaría que se viniera a Neiva a apoyarlo y nos regresamos. Yo estaba en cuarto año, pero finalmente me gradué en la UCC”, comenta Margarita Díaz.
Aunque ya con el título de abogada intentó ejercer, aunque afirma que estudiando tuvo claro que no iba a litigar, tenía claro que lo suyo eran las asesorías, sin embargo, manifiesta con total seguridad que “antes de ser profesional siempre quise tener una familia, pensaba en mis hijos, en casarme, porque tuve una vida muy feliz en mi familia y hoy me considero una mujer feliz”.
Trabajó algunos años en el Diario del huila, en Nación TV y en Comcel, aunque gran parte de sus trabajos siempre han sido independientes, tuvo un almacén de ropa infantil y ahora trabaja con Manuel, su esposo, pero desde su casa.
“Soy la mujer más feliz del mundo siendo ama de casa, ser ama de casa no es una frustración, es totalmente lo contrario, es la felicidad absoluta. Tengo amigas que están acostumbradas a trabajar, porque les ha tocado hacerlo, uno pensaría que desayuno y quedo desocupada, yo no, hago ejercicio desde las 4 y 30 de la mañana hasta las siete, soy muy deportista. Yo no me quedo quieta, le ayudo a mi esposo en la empresa. Para mí la felicidad es estar bien con la familia que siempre quise tener”, afirma.
Para María Margarita el secreto para ser una ama de casa exitosa es primero, simplemente querer hacerlo; segundo, tener mucha paciencia y tolerancia. “Todos los hijos son un mundo totalmente diferente, y además vivo con alguien con quien fuimos criados en distintas familias, el éxito son muchas cosas, pero primero el amor”.
Amor a primera vista
María Margarita Díaz lleva 26 años de matrimonio con Manuel Antonio Macías, al que conoció cuando solo tenía 15 años. “Cuando abrieron Santa Helena en Betania, una amiga me pidió que la acompañara a una casa donde estaba su novio, allí estaba Manuel y puedo dar fe que el amor a primera vista existe. Después que salimos le pregunté a mi amiga quién era ese muchacho, él tenía 22. No sé si me volteó a mirar, pero a los ocho días nos volvimos a ver en un evento y luego me invitó a comer helados, a las cinco de la tarde porque a las siete ya tenía que estar en mi casa, y a los dos meses nos hicimos novios”, recuerda con emoción.
Él estudiaba en Bogotá y cuando fue el motivo para que el papá de Margarita no quisiera que ella viajara allí a estudiar y cuando pasó en la universidad se fui casi en contra de su voluntad. “La gente dice que el matrimonio es una lotería, pero yo nunca compré ese billete, sencillamente me llegó”, afirma.
Ella habla de Manuel Macías, su esposo, con la misma emoción del primer día, considera que es un hombre extraordinario. Junto a él hoy son padres de cuatro hijos, tres varones: Manuel José, Sergio y Daniel y cerraron con Gabriela.
Afirma que es una mujer bendecida por Dios y privilegiada porque uno ve cosas muy difíciles en el mundo, en el entorno. Ella no le da trascendencia a las cosas que no valen la pena, pues su vida gira en torno a lo más importante: su familia.
Finalmente, María Margarita, con toda la sencillez que la caracteriza, descomplicada, dice que le gustaría que con el paso del tiempo la recordaran como una persona feliz, que abogo mucho por la felicidad. “Si eres feliz puedes dar felicidad, la gente que me conoce me tiene en ese concepto”.