DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL
Por: Rolando Monje Gómez
Fotos: Tatiana Ramírez y Suministradas
El nombre de Fabio Arce Luna está en la historia de la ciudad de Neiva por su intachable vida pública. Como alcalde hizo parte de la primera junta directiva del Festival del Bambuco y organizó Empresas Públicas de Neiva. Aunque militó en el MRL, confiesa que él fue liberal lopista.
“En 1958 me nombraron Alcalde de Neiva. Hice un gobierno bien equilibrado, en una época donde había que tener paridad política, entonces nombraba cuatro godos y cuatro liberales y de los liberales dos oficialistas y dos del MRL, hasta que me llamó el presidente Alfonso López y me dijo: ‘usted tiene como 32 acusaciones, no hay ni una acusación que no le hayan metido, porque usted no nombra sino lopistas’. Le dije: Presidente ¿usted para qué me nombró?, ¿para que nombrara enemigos? Y me respondió: ‘usted verá, si lo tumban que lo tumben, pero yo no me meto”, con esta anécdota arrancamos este encuentro con Fabio Arce Luna, un personaje al que había escuchado nombrar muchas veces, pero al que nunca había tenido el gusto de conocer.
Y verdaderamente fue un placer compartir con él, a sus 93 años de edad y con una memoria muy lúcida, eso sí con muchos recuerdos del Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, y del liberalismo, del que dice hoy no saber nada. “Quiénes son hoy los de la mesa directiva del liberalismo”, me preguntó en más de una oportunidad.
Sus padres, Néstor Arce Perdomo y Matilde Luna, eran de Aipe, el mismo municipio donde él y sus hermanos nacieron. “Éramos cuatro: Mery, Juan, Fabio y Jorge. Mi vida en familia era la más perfecta, de una gran unidad, unidos para defendernos, no dejamos enemigos atrás”, afirma.
Su madre era ama de casa y su padre abogado y por cuenta de su profesión se trasladaron a Neiva, donde él ejerció por muchos años como juez de menores. Recuerda que en alguna ocasión participó en una pedrea en el colegio Santa Librada, donde realizó el bachillerato, y se lo llevaron detenido y su papá tuvo que irlo a rescatar. “Él era mi mejor amigo y consejero”.
Hoy vive con su único hijo Fabio César, del primero de sus dos matrimonios. “Cuando me casé con mi primera esposa, Elsy Herrera Parra, no me había terminado de criar. No recuerdo haber sido soltero, pues fui casado desde chiquito”, comenta con una sonrisa.
Con Elsy vivió cuarenta años y al enviudar se casó con Marcela Alarcón Cabrera, quien también falleció.
Estudió derecho en la Nacional y en sus primeros años ejerció como juez, y posteriormente concejal de Neiva, diputado, representante a la Cámara, superintendente de Notariado y Registro y notario Segundo de Neiva. Después se retiró y terminó su vida laboral como abogado y hoy vive de su pensión.
Nombrado Alcalde
“Yo fui abogado y lopista. Como alcalde de Neiva, en 1958, me nombró el gobernador, coronel Óscar Arce Herrera, con la oposición de los liberales José Domingo Liévano, Alberto Losada Lara, Rómulo González Trujillo y Felio Andrade”, recuerda.
“A los amigos les dije que el gobernador era hijo de Elsy y mío y el tema se convirtió en la comidilla de todos: ‘Finalmente el hijo nombró alcalde al papá’”, nos comenta con picardía.
Como alcalde organizó las Empresas Públicas de Neiva, afrontó el primer paro de transportes de la ciudad, porque no le subía cinco centavos al pasaje, no accedió al reajuste y le estacionaron los buses frente a la Alcaldía. A los días volvieron a trabajar.
Recuerda que en ese momento la ciudad estaba muy desorganizada y que hizo parte de la primera junta del Festival Folclórico, contribuyendo a diseñar las primeras bases del evento. “Hice lo que a mi juicio era lo correcto”.
Señala además que “la elección de alcaldes y gobernadores me pareció un avance sustantivo, con todos los defectos que tiene la elección en un país tan superpolitizado como Colombia”.
El MRL
El Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, fue un movimiento político colombiano disidente del Partido Liberal Colombiano, fundado por Alfonso López Michelsen y Álvaro Uribe Rueda. Se oponía al Frente Nacional, y ellos denunciaban la alternación de los partidos y que la democracia fuera dominada por los partidos Liberal y Conservador.
“La única vez que hice política fue con el Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, lopista. En ese movimiento se unió lo mejor de la juventud colombiana. Se inventaron el Frente Nacional y ahí se jodió todo, esa fue una enfermedad de la que aún no hemos terminado de salir”, afirma.
En Neiva el MRL lo integraban Diego Omar Muñoz, Gentil Quintero, Carlos Suárez, Humberto Perdomo y en todos los municipios tenían jefes. “Guillermo Plazas era del otro lado, del oficialista, era enfrentado a nosotros, con las mejores relaciones personales pero aguda guerra, pero él tenía el poder. Aquí no se movía nada que no dijera Plazas y el gobierno nacional solo lo escuchaba a él y a Alberto Galindo, que finalmente fue desplazado por Plazas”, señala Fabio Arce,
“Yo fui un liberal independiente dentro del lopismo, mi bandera eran las ideas de Alfonso López Michelsen”, afirma.
La Superintendencia
El presidente López Michelsen lo nombró Superintendente de Notariado y Registro, donde estuvo cerca de un año. “Fue el último cargo oficial que tuve, me nombró Alfonso López, quien me apreció mucho. Para nombrar a alguien allí era requisito fundamental que fuera huilense y liberal, yo nombraba por concurso, pero opitas, hasta me acusaron por eso. Al final me fue bien y me respaldaron los liberales oficialistas. Conmigo trabajó mucha gente que hoy está en muy buenas posiciones, yo siempre nombré al que yo quería, nunca me dijeron a quién nombrar”, comenta.
‘El lorito vanidoso’
Nos cuenta que le decían el ‘lorito vanidoso’ por sui manera de hablar, “fui un hombre sencillo, nunca me supuse ni me supondré más que nadie, para mí era igual el ministro que el portero, por eso me apreciaba la gente. Yo era igualito a todos y eso me causó mucha simpatía”, afirma.
Dice que no se arrepiente de nada de lo que hizo como político, ni siquiera de los errores, porque hay que reconocerlos y rectificar. “Hoy estoy muy separado de la política, con decirle que no la entiendo. Antes era muy sabroso hacer política porque era libre, limpia”, señala.
Confiesa que tuvo dos grandes amigos “Javier Muñoz y Diego Omar Muñoz, que fue gobernador y muy bueno por cierto, un poquito exagerado, demoraba mucho las cosas para exigir transparencia”, señala.
Fabio Arce Luna, dedica hoy su vida a leer y a vivir exclusivamente de la pensión. “Escribí mucho tiempo y tengo un libro que se llama ‘Recuerdos sin fechas MTL y otras añoranzas’. Mi vida fue muy corriente pero me gustaría que me recordaran porque fui un amigo leal, tuve grandes contradictores como Plazas o Galindo, pero nadie podía decir nada contra mi honor político, profesional ni personal”, nos dice finalmente.